La Vanguardia

Lleida promueve las visitas a la ‘catedral del agua’

- PAU ECHAUZ Lleida

El subsuelo de Lleida oculta secretos de piedras y estructura­s enterradas que han ayudado a configurar el desarrollo de su trama urbana. Uno de los casos más singulares es el Dipòsit del Pla de l’Aigua, un gran aljibe que este año se cumplen 225 años desde que el gobernador Luis Blondel de Druhot y Dávalos, marqués de Blondel, lo entregó a la ciudad. El depósito está abierto los fines de semana para su visita, que se complement­a con una exposición documental extraída de los archivos municipale­s y que detalla el proceso de construcci­ón de la obra, una de las primeras para dotar de servicios públicos a la ciudad a finales del siglo XVIII. Su monumental­idad y dimensione­s justifican que en Lleida también se lo conozca como la catedral del agua.

El marqués de Blondel fue el gran gobernador que consiguió dotar a la ciudad de sus primeras estructura­s urbanas tras la guerra de Sucesión, entre las que destaca este primer depósito para garantizar el suministro de agua potable a la población. Pasó a manos municipale­s el 29 de octubre de 1792, cuando el gobernador Blondel entregaba a la ciudad el “depósito de fuentes para su conservaci­ón, cuidado y gobierno”, aunque la obra ya había entrado en funcionami­ento unos meses antes, después de ocho años de trabajos para su construcci­ón.

El depósito está cubierto por seis bóvedas de cañón que reposan sobre 25 pilares de diez metros de altura. Tenía capacidad para nueve millones de litros y se llenaba con el agua provenient­e del canal de Pinyana, que se distribuía a la población mediante seis fuentes monumental­es, la de la Catedral o dels Tritons, la Font del Roser, lad de l’Ensenyança, l’Hospital, Sant Francesc y la de las Sirenes. Se vació el año 1996, aunque ya no se utilizaba desde 1975. Acceder al subsuelo de este espacio es toda una experienci­a y puede convertirs­e en otro de los reclamos turísticos de la ciudad.

Aunque ya no sirva para almacenar el agua potable que luego se distribuía por las seis fuentes históricas –algunas de las cuales aún se conservan–, el Dipòsit continúa dando servicio y fascinando a sus visitantes, ahora como espacio de interés turístico con muchas posibilida­des culturales. Hasta el próximo mes de enero acoge la instalació­n artística de Elena Alonso Visita guiada (segundo movimiento) que consiste en unos pasamanos que envuelven, rodean o cruzan los pilares. Las singulares barandilla­s alternan diversos materiales como cerámica, cemento, madera o cobre e invitan al visitante a recorrer el espacio en una experienci­a táctil inspirada en el movimiento sinuoso del líquido elemento. También cabe destacar la experienci­a llevada a cabo por el grupo musical Free’t, con su concierto Líquid Drones. Immersió sonora, una

pieza acústica única de música drone

pensada y diseñada para aprovechar la sonoridad de los muros intercalad­os por columnas.

El Dipòsit del Pla de l’Aigua es uno de los atractivos del centro histórico de Lleida y, durante el 2017, han visitado este espacio 4.600 personas, de las cuales 3.360 son escolares. Sólo en fines de semana, más de 200 personas se han acercado a visitar la

catedral del agua, toda una experienci­a subterráne­a.

El depósito se construyó en el XVIII para distribuir agua potable a la ciudad, mediante seis fuentes

 ?? HERMÍNIA SIRVENT/PAERIA ?? El depósito podía almacenar nueve millones de litros de agua
HERMÍNIA SIRVENT/PAERIA El depósito podía almacenar nueve millones de litros de agua

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain