El Barça replica con victoria (0-2) a sus perseguidores
El Barcelona supera a su espejo en Vila-real y responde a los triunfos de Valencia, Atlético y Madrid
El Barça que reaccionó a tiempo fue más rápido que su propio reflejo. El Barcelona sintió la presión por los triunfos del segundo, el tercero y el cuarto pero le afectó más ver cómo su juego se solapó durante más de 50 minutos con el del Villarreal. Los dos equipos se parecían tanto en el estadio de la Cerámica que se intuía un combate nulo. Hasta que el equipo blaugrana cambió el guion y Messi sorprendió a su propia sombra. No pudo ser por fuera, en la nueva jugada favorita del Barça, pero fue por dentro en una combinación eléctrica entre los tres delanteros con la que desequilibró un duelo de almas gemelas.
Valverde y Calleja calcaron el mismo sistema. Tanto el Barcelona como el Villarreal se movieron en un 4-4-2 con un rombo en el centro del campo y lo más lógico era que se neutralizasen, como así pasó. Los dos equipos parecían un espejo, que reflejaba la imagen del otro. A cualquier movimiento que intentaba el líder le seguía la respuesta para contrarrestarle de su sosias. Todas las basculaciones del juego con el balón se las devolvía el cristal.
El técnico del Barça buscó desde el inicio la carta de Denis Suárez, que siempre completa buenas actuaciones contra sus exequipos, para encontrar caminos interiores pero los blaugrana se atascaron con un fútbol plano, más pendientes de no perder la pelota para evitar que los groguets pudiesen habilitar a Bakambu a la espalda de Vermaelen que de arriesgar en alguna acción.
Y en esas circunstancias, a expensas de la genialidad de Messi, queda la pelota parada para romper la simetría. A punto estuvo de lograrlo Piqué a las primeras de cambio en un remate de cabeza a la salida de un córner. Pero el larguero evitó el tanto. También lo intentó Messi en un lanzamiento de falta directa desde la frontal que hizo volar a Asenjo, que regresaba ayer a la titularidad después de febrero, de un poste al otro para atrapar el balón. La otra baza que le funcionaba al Barça era la presión. Paulinho detectó que Rubén Semedo, central reconvertido ayer de pivote, y se fue a la yugular para provocarle la pérdida en la zona de peligro. Así fue. Pero el chut de Messi tampoco cogió portería.
Sin embargo, era el Villarreal el que mejor interpretaba que los espacios estaban en las bandas y sus laterales hacían mucho daño. Dos veces centró Mario desde la derecha y ambas fueron al corazón del área y ambas las remató Soriano desde muy cerca forzando a sendos paradones a Ter Stegen. Desde la izquierda Jaume Costa buscó la cabeza de Raba o Bakambu pero el alemán volvió a estar segurísimo.
El guion siguió igual hasta que Valverde decidió mover el banquillo y la entrada de Alcácer lo reactivó todo. El delantero valenciano liberó a Messi para jugar menos atosigado por los centrales y empezó a percutir por la banda izquierda junto a Alba. Si normalmente la cone-
SUPERIORIDAD NUMÉRICA
Cuando empezaba a sufrir el Villarreal y ya se mascaba el gol, llegó la expulsión de Raba
xión entre el argentino y el de l’Hospitalet es una mina, ayer fue un filón. Las llegadas fueron goteando hasta que erosionaron la defensa. Alcácer estuvo cerca de marcar en el primer balón que tocó. En la segunda apertura a Alba, Messi cruzó demasiado. Se mascaba el gol y cuando empezaba a sufrir el Villarreal llegó la expulsión de Raba en una entrada muy peligrosa con los tacos por delante y muy arriba sobre Busquets.
Con el Villarreal con uno menos, los dos entrenadores supieron leer lo que debían hacer. Calleja no tardó en dar entrada a Rukavina para doblar el lateral y la vigilancia a Alba. Por su parte, Valverde introdujo a Aleix Vidal justamente para dar amplitud en la otra banda y no dar tantas pistas. Pero Alba siguió monopolizando el juego. Al siguiente centro, fue Luis Suárez quien puso la punta de la bota, aunque su remate lo repelió el poste. Y en la enésima combinación de Messi con el carrilero, el diez se quedó tan cerca que chutó al lateral de la red.
Parecía que el gol tenía que lle- gar sí o sí en la nueva jugada preferida del Barça pero entonces Messi decidió improvisar y sorprendió al Villarreal con un pase interior para Suárez. El uruguayo hizo la pared con Alcácer, que lo dejó solo ante el meta Asenjo, al que regateó para marcar a puerta vacía. No sólo fue una jugada de escuadra y cartabón sino que la velocidad de ejecución fue espectacular. El Barça había logrado ser más rápido que su espejo. Messi había sorprendido a su sombra.
Los blaugrana celebraron el tanto porque sabían que significaba la rendición del Villarreal, que desmoralizado cometió un error en la salida que le costaría caro. Víctor Ruiz se la entregó a Busquets, que enseguida vio a Messi, que con todo a favor no falló.