La ultraderecha vuelve al Gobierno de Austria con carteras clave
El líder ultra Strache será vicecanciller y controlará Interior, Exteriores y Defensa
Dos meses después de las elecciones, Austria ha consolidado su acusado giro político a la derecha con la firma de un acuerdo de coalición entre el vencedor de los comicios del 15 de octubre, el democristiano Sebastian Kurz, y la ultraderecha liderada por Heinz-Christian Strache. El pacto, alcanzado el viernes por la noche tras siete semanas de negociaciones, convertirá a Kurz, de 31 años, líder del Partido Popular Austriaco (ÖVP), en el canciller más joven de su país, y también en el gobernante más joven de Europa. Y al tiempo devolverá al poder al ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), que ya participó en sendos gobiernos con los conservadores entre los años 2000 y 2007. Strache, de 48 años, será vicecanciller, y ministro de Funcionarios y Deportes. “Queremos aliviar la presión fiscal, queremos reforzar nuestra economía, lo cual mejorará nuestro sistema social”, prometió Sebastian Kurz en una comparecencia ayer tarde junto a HeinzChristian Strache en la montaña vienesa de Kahlenberg.
En la noche del viernes al anunciar el pacto, Kurz había subrayado que “en primer lugar, queremos mejorar la seguridad en nuestro país, lo cual incluye combatir la inmigración ilegal”. Si bien la ultraderecha hizo de la retórica antiinmigración uno de los ejes de su campaña electoral, tampoco Kurz le fue a la zaga, hasta el extremo de que Strache le acusó de copiarles. Al final, el ÖVP de Kurz ganó las elecciones con el 31,5% de votos, y el FPÖ de Strache quedó tercero con el 26%. Los socialdemócratas del SPÖ –anteriores socios de coalición de los conservadores, en la que los de Kurz eran el socio minoritario– quedaron segundos con el 26,9%.
Según el acuerdo de coalición, la ultraderecha controlará buena parte del aparato de seguridad de Austria, al hacerse con los Ministerios de Interior, Exteriores y Defensa. Mientras, los conservadores tendrán las carteras de Economía, Justicia y Agricultura, y además el departamento de Asuntos Europeos del Ministerio de Exteriores pasará a depender de la Cancillería. Motivo: cuando en Bruselas saltaron las alarmas ante el plan de los conservadores austriacos de pactar un gobierno con la ultraderecha euroescéptica, Kurz se comprometió a que Austria mantendría “una fuerte orientación europea”, expresión que reiteró ayer en Viena.
De hecho, además de vaciar de contenido europeo la cartera de Exteriores, para ponerlo fuera del alcance de los ultras, Kurz se desquitó
Kurz, que será canciller con sólo 31 años, se lleva Asuntos Europeos a la Cancillería para atajar la eurofobia del FPÖ
de haberles cedido ministerios tan importantes, arrancándoles la promesa de no plantear un referéndum sobre la salida del país de la UE. “Una votación sobre la salida de la Unión Europea queda explícitamente prohibida”, confirmó ayer el ultraderechista Strache, durante la presentación del acuerdo junto a Kurz. Strache dijo que su partido defiende “el proyecto de paz” que es la UE, pero insistió en que defenderá sus posturas en el marco del principio de subsidiariedad –que garantiza a los gobiernos nacionales y regionales determinados niveles de competencias respecto a Bruselas–, o contra las sanciones a Rusia, que su partido critica.
También se conocieron ayer algunos nombres. El nuevo ministro del Interior será Herbert Kickl, de 49 años, actual secretario general del FPÖ. Como estratega y jefe de campañas electorales del partido, propició lemas xenófobos y antiislam, y en su día propuso restringir el derecho de manifestación, con el argumento de evitar situaciones violentas, refiriéndose a grupos de izquierda y a minorías extranjeras. La nueva ministra de Exteriores, Karin Kneissl, de 52 años, no es militante del FPÖ, pero comparte muchas de sus ideas sobre los solicitantes de asilo. Durante la crisis de los refugiados del 2015, Kneissl insistió en que el 80% de quienes llegaban a Europa eran en realidad “refugiados económicos”.