Tenemos tiempo
Tomás de Iriarte, ahora olvidado, escribió una fábula en la que dos conejos perseguidos por unos perros eran atrapados por estos porque dichos conejos, en lugar de correr como sabían, se quedaron quietos discutiendo si sus perseguidores eran veloces galgos o lentos podencos.
En Catalunya ha pasado –y me temo seguirá pasando– algo parecido. Las elecciones catalanas no son para saber si ganan los independentistas o los que no lo son, ya se ha visto cómo actúa Madrid según lo que decidimos hacer. Las elecciones catalanas se pueden tomar como plebiscitarias pero sin ningún efecto, salvo estadístico. Las elecciones catalanas sólo pueden servir ahora para que los candidatos expliquen claramente a los ciudadanos cómo se va emplear el poder y el dinero si son elegidos. Cosa que no se ve por ninguna parte, ocupados como están los presuntos presidentes acusándose mutuamente.
Si realmente queremos tener más poder autonómico sólo hay un camino: tener más diputados que nunca en Madrid en las próximas elecciones generales. Que seamos imprescindibles para formar gobierno, como hace tiempo. Si en un futuro hay un partido en Catalunya inteligente, fuerte y práctico, capaz de aunar de nuevo lo dividido actualmente, tendremos mucho de ganado. Tenemos tiempo.
J. FENOLLOSA I BLASI
Barcelona