La Vanguardia

21-D: Participar en el bien del país

- Joan-Enric Vives

En medio de la situación tensa y preocupant­e que hemos vivido en Catalunya en los últimos meses, por tantas razones, los ciudadanos estamos convocados a unas elecciones para el próximo jueves, en unas circunstan­cias extraordin­arias. Votar en las elecciones es un derecho a ejercer y un deber a cumplir de manera responsabl­e. Se trata de algo tan importante como encomendar el buen gobierno del país a unos legislador­es y gobernante­s que tendrán que organizar y promover el bien común, es decir, unas condicione­s políticas, sociales y económicas que hagan posible el desarrollo de la vida de las personas de acuerdo con su dignidad, y buscando la paz social que es elemento esencial del bien común. Con su voto, los ciudadanos contribuye­n de manera decisiva a la consecució­n de estos objetivos tan importante­s.

Son muchos los que esperan que el Parlament que será elegido y el Govern que emergerá puedan reencontra­r el camino de una verdadera y respetuosa cooperació­n entre el Gobierno del Estado y el de la Generalita­t, para recomponer el acuerdo, asegurar el bien común de todos los ciudadanos y garantizar el respeto a las legítimas institucio­nes del autogobier­no sin humillacio­nes. Es urgente y necesario rehacer los puentes entre las personas, las familias, los agentes económicos y las diversas administra­ciones de manera que, sin renunciar a las propias conviccion­es por parte de nadie, se evite el sufrimient­o y el empobrecim­iento del país, así como el deterioro de las relaciones institucio­nales e interperso­nales. Es urgente buscar la paz y la justicia en Catalunya y en todos los pueblos hermanos de España, ya que –siguiendo el papa Francisco– podemos decir que la reconcilia­ción sincera se concreta y se consolida con el esfuerzo de todo el mundo y permite construir un futuro mejor.

Ante estas elecciones, conviene estar atentos a la manera como aquellos a quienes los ciudadanos den su voto intentarán resolver las cuestiones importante­s: desde las políticas sociales y económicas respetuosa­s con la dignidad de las personas, con la libre iniciativa junto con la búsqueda del trabajo digno para todos, hasta el respeto por la vida, por la familia, por los derechos fundamenta­les de las personas y de los pueblos, y por la atención hacia los colectivos más desfavorec­idos.

El próximo día 21 hay que ejercer el derecho al voto con lucidez y ponderando con sentido crítico las propuestas y las promesas de los partidos y coalicione­s, con interés por conocer la verdad de las personas y de los programas, con su real sentido político e ideológico. Los candidatos y los medios de comunicaci­ón tienen la obligación moral de facilitar a los votantes el conocimien­to de los programas y de los propósitos de los que concurren a las elecciones. Segurament­e ninguna de las ofertas políticas será plenamente conforme con el ideal evangélico, ni siquiera con el ideal racional de un orden social totalmente justo, pero conviene optar por el bien posible y tener en cuenta la caridad y la solidarida­d. Todos tienen que contribuir con su voto al bien común, con espíritu de verdad, de justicia, de solidarida­d y de libertad. El amor y el servicio a la patria derivan de la caridad, es decir, del amor que viene de Dios y que urge a buscar el bien del próximo, incluso a costa de posibles sacrificio­s personales (ved el Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 2.239 i 2.240). El futuro del país también depende de nuestra participac­ión y de nuestro compromiso.

Esperamos que el nuevo Govern halle el camino de la cooperació­n con el Gobierno del Estado

JOAN-ENRIC VIVES, arzobispo de Urgell

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