Réquiem de corazones
Réquiem a Enrique Morente Autor: Joan Díaz Dirección: Joan Albert Amargós Lugar y fecha: Sala Barts (13/ XII/2017)
Esta ciudad siempre amó a Enrique Morente, y siete años después de la muerte del maestro sigue haciéndolo. Quedó patente con la entusiasta respuesta del público en el estreno de Réquiem a Enrique Morente, obra del compositor Joan Díaz, desgranada por una cincuentena de músicos dirigidos por Joan Albert Amargós, todo ello bajo el amparo del Taller de Músics y el Festival de Jazz de Barcelona. Entre los asistentes, la viuda de Morente, Aurora Carbonell, que pronunció palabras emocionadas al final de la sesión; no fue este el único recuerdo a los ausentes, ya que pocos minutos antes Amargós había tenido también el acierto de honrar la memoria del percusionista Roger Blavia, recientemente fallecido.
La noche empezó con una Alegoría estrictamente flamenca con la guitarra de Chicuelo y las voces de José Enrique Kiki Morente y Arcángel. Ambos cantaores se sumaron luego a la banda del Réquiem,
en la que también cantaban Pere Martínez (espléndido trabajo) y Paula Domínguez. Big-band ampliada (cuarteto de maderas, vibráfono, guitarra flamenca, percusión y el Cor ArsInNova) al servicio de un guion que, partiendo del esquema de una misa de difuntos, transitó por textos de diversos autores seleccionados por Manuel Forcano.
Entre los diferentes pasajes de la concienzuda creación de Joan Díaz, destacaron dos momentos particularmente estelares. El primero, el Graduale con las Coplas de la amistad escritas por Lluís Cabrera, con un subyugante diálogo polifónico entre los cantaores y el coro. El siguiente, y ya cerrando la noche, un Agnus Dei lorquiano (Despedida),
de vuelo ágil, elegante y luminoso. Más allá de la estructura, el resultado final de este Réquiem fue más profano que sacro, con imperante pelaje jazzístico y bonitos barnices flamencos y litúrgicos. Felizmente profano, cabe añadir, ya que la celebración de la vida fue la vibración primordial de la propuesta, lo que sin duda es la mejor manera de recordar a quienes ya no están entre nosotros.