La Vanguardia

El Madrid cierra el círculo

El equipo blanco gana ante el Gremio su quinto título del año con un Modric brillante

- CARLOS NOVO Madrid

El Madrid llegará al clásico después de haber renovado su título del Mundial de Clubs en Abu Dabi en un partido donde fue claramente superior al Gremio, un equipo muy poco brasileño, rocoso y bien armado en defensa, pero sin apenas talento ofensivo una vez lesionado Arthur. El marcador fue rácano con el Madrid, que mereció más que el escuálido (1-0). Con su victoria, los blancos ganan por primera vez en su historia cinco trofeos oficiales en un año y conquistan su tercer Mundial de Clubs, seis si se añaden las copas interconti­nentales.

Ante Gremio no se vio un Madrid superlativ­o, pero sí el Madrid fiable de la finales. Los de Zidane concediero­n muy poco atrás, fueron siempre los dueños del balón y jugaron en todo momento el partido que querían, muy cerca del riesgo cero. El mayor pero que se les puede poner a los blancos es que les sigue costando un mundo traducir su dominio en goles. Al Madrid le bastó con un gol de falta de Cristiano al comienzo del segundo tiempo. El portugués se convierte, con siete goles en el pichichi histórico del torneo y ya ha marcado en nueve de las últimas diez finales.

El partido no fue en ningún momento amable. Por más que para el fútbol europeo el Mundial de Clubs no deja de ser un trofeo menor y un trámite generalmen­te farragoso por los viajes y por tener que interrumpi­r tu calendario, para el fútbol sudamerica­no es una cuestión de honor, probableme­nte la gran cita del año.

Gremio encaró la final como si fuera el partido de su vida. Antes de los primeros cinco minutos el central Geromel le dejó marcados los tacos en la pierna a Cristiano en una acción que no venía a cuento en el centro del campo y que, como mínimo, era tarjeta amarilla. La acción intimidant­e fue la más fea de los 90 minutos, pero no la única patada alevosa del grupo brasileño, más dispuesto para la gresca y el juego sucio y violento que para otra cosa.

El Madrid tardó poco en quedarse con el balón. Zidane dispuso de su once de gala y el juego de los blancos se enhebró a través de las botas de Luka Modric, que no se arredró en ningún momento. La FIFA le designó el mejor jugador del torneo.

El juego del Madrid no tuvo precisión

PICHICHI

Cristiano marcó de falta el único gol del partido y se convierte en el máximo goleador del torneo

en el remate hasta el segundo tiempo. El gol llegó a balón parado en el minuto 52. Cristiano lanzó la falta, la barrera se abrió de forma incomprens­ible y el balón superó la estirada del portero y entró muy pegado al palo.

En este tipo de partidos queda claro que el que marca primero tiene un porcentaje altísimo de llevarse el título. Renato Gaucho introdujo enseguida cambios ofensivos y aunque Gremio trató de adelantar la línea no consiguió hacerse con el balón. Todo lo contrario, se hizo más desordenad­o. El Madrid encontró muchos más espacios para hacer daño. No aumentó su ventaja porque convirtió al portero Marcelo Grohe en el mejor jugador rival. Grohe le sacó un mano a mano a Cristiano y luego un remate de Bale que parecía gol seguro. Lo del galés es reseñable. Entró a falta de diez minutos y en su primera intervenci­ón casi marca, como ya hiciera en las semifinale­s. La otra ocasión más clara fue un tiro de Modric al palo.

También, como todas las finales, esta tuvo su polémica. El árbitro mexicano anuló un gol a Cristiano por fuera de juego previo de Benzema. La contrapart­ida fue un penalti pedido por Gremio de Ramos sobre Lucas Barrios.

El Madrid llegará crecido al clásico, lejos en la tabla, pero tras firmar un 2017 de ensueño.

 ?? AMR ABDALLAH DALSH / REUTERS ?? Momento en el que la falta botada por Cristiano Ronaldo se cuela en la portería del Gremio
AMR ABDALLAH DALSH / REUTERS Momento en el que la falta botada por Cristiano Ronaldo se cuela en la portería del Gremio

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