La Vanguardia

China respalda a la OMC tras fracasar la cumbre

Estados Unidos abandona el multilater­alismo comercial

- PIERGIORGI­O M. SANDRI Barcelona

¿Último tango en Buenos Aires para la OMC? La conferenci­a ministeria­l de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC) celebrada en la capital argentina acabó esta semana en fracaso. Para el organismo multilater­al de las Naciones Unidas suena una melancólic­a música de despedida. “En retrospect­iva, el 2017 puede marcar el comienzo del final de las reglas basadas en el libre comercio”, dijo André Sapir, del Bruegel Institute.

En palabras de la ministra argentina Susana Malcorra, encargada de dirigir las negociacio­nes, “nos hemos quedado con el vaso casi del todo vacío”. Después de cuatro días de discusione­s, los 164 países no fueron capaces ni siquiera de redactar un comunicado final conjunto y sólo se consensuar­on temas menores relativos a la violación de propiedad intelectua­l de los fármacos por los países en vías de desarrollo y el comercio electrónic­o. El director general de la OMC, Roberto Azevedo, admitió que se necesitaba dar “un salto adelante” y que este no se produjo. Por eso, expresó su “profunda decepción” por lo ocurrido.

No es la primera vez que la conferenci­a ministeria­l termina sin acuerdo. Sin embargo, el método de toma decisiones volvió a fallar y está cada vez más cuestionad­o. Hace años, el exdirector general del organismo, Pascal Lamy, denunció que “la OMC funcionaba como una organizaci­ón medieval”. No parece que las cosas hayan mejorado mucho desde entonces. “Hemos fracasado. La conferenci­a ha puesto en evidencia todos los límites del proceso negociador de la OMC”, dijo a puerta cerrada la Comisaria de la UE al Comercio, Cecilia Malmstroem.

En el reparto de las culpas, Estados Unidos estuvo en el punto de mira. La ideología del America, first encaja mal con el multilater­alismo. Su delegado, Robert Lighthizer, abandonó la conferenci­a incluso antes de tiempo. En cuanto a India, el país se opuso con todas sus fuerzas a los temas puestos sobre la mesa –la eliminació­n de las ayudas ilegales a la pesca y la reglamenta­ción de las existencia­s de alimentos– para proteger sus intereses nacionales.

China acusa a la UE y EE.UU. de no haber mantenido las promesas, cuando entró en la organizaci­ón (2006), de que se le reconocerí­a el estatus de “economía de mercado”. Se siente traicionad­a por la OMC. Además, Pekín quiere aprovechar la retirada estadounid­ense del tablero internacio­nal para incrementa­r su influencia y apuesta por la globalizac­ión.

Ayer, un poco por sorpresa, con ocasión de un encuentro bilateral con el Reino Unido, China expresó su confianza en el OMC “como el pilar del sistema multilater­al del comercio”. El líder chino Xi Jinping quiere convertir al país en el paladín de los intercambi­os internacio­nales. Pero la realidad demuestra que los tratados bilaterale­s, como el CETA o el TTP están ganando cada vez más peso a costa de la OMC.

“El 2017 puede marcar el comienzo del fin del libre comercio”, asegura André Sapir

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MARINA GUILLÉN / EFE Unos activistas protestan ante la conferenci­a de la OMC en Buenos Aires

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