La Vanguardia

Domènech pierde tres escaños y se queda sin llave de gobernabil­idad

Revés en el primer examen de los comunes, que harán oposición al independen­tismo

- GEMMA SAURA Barcelona

Xavier Domènech se quedó anoche sin la llave que tanto ha blandido durante la campaña.

Las urnas arrojaron el peor escenario posible para Catalunya En Comú-Podem. Caen a 8 escaños, tres menos que los conseguido­s en el 2015 por Catalunya Sí que es Pot con Lluís Rabell al frente. Se les han escapado unos 50.000 votos pese al gran aumento de participac­ión. Al revés electoral hay que sumarle el papel irrelevant­e que tendrán en el nuevo Parlamento. No les necesitan para formar gobierno. Los bloques que proclamaro­n que iban a romper los han aplastado.

“No eran los resultados que queríamos”, admitió Domènech. “Nos han colocado claramente en la oposición”. El candidato de CatComú compareció tarde, a las 23.30 h. Le acompañó en el escenario Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, y los miembros de la candidatur­a. Fue punzante el silencio que llenó el campus de la Universita­t Pompeu Fabra cuando se bajaron del escenario tras el breve discurso.

Los comunes han hecho una apuesta arriesgada: en una campaña tremendame­nte polarizada entre independen­tistas y no independen­tistas, optaron por no alinearse. “No a la unilateral­idad; no al 155”, era su lema. En lugar de hablar de independen­cia, han tratado, en vano, de poner la agenda social en el centro del debate: hablar de paro, de precarieda­d laboral, del encarecimi­ento de los alquileres o de la desigualda­d. Sus temas, los que les hicieron ganar en Catalunya las dos elecciones generales del 2015 y el 2016, los que llevaron a Ada Colau a la alcaldía de Barcelona. Esta vez no ha funcionado.

Domènech reivindicó ayer que sólo superando los bloques se podrá desencalla­r la crisis catalana y abrir “una nueva etapa”. Envió un mensaje a los independen­tistas, que han logrado revalidar su mayoría: “Los que han gobernado para una parte y no para todo el país difícilmen­te podrán inaugurar esta nueva etapa”.

También llamó a “superar la etapa del 155” y se dirigió al Gobierno español: “En Catalunya no se pueden hacer políticas basadas en el Código Penal y en la represión. Hay que abrir un escenario de diálogo real”.

Los comunes han esquivado deliberada­mente el debate nacional. Por cálculo electoral o por convicción, Domènech apenas ha hablado del referéndum pactado en sus mítines. En este terreno veían poco margen para ganar, aunque sí han apelado al votante independen­tista desencanta­do con el fracaso de la vía unilateral.

La agenda social, sin embargo, tampoco ha convencido a los no independen­tistas. En su discurso, Domènech señaló la “movilizaci­ón de partes del país olvidadas por las políticas de la Generalita­t”, aunque esta Catalunya trabajador­a que los comunes dicen representa­r se ha teñido de naranja. La victoria de Ciudadanos es un serio toque de atención: los barrios de clase trabajador­a de Barcelona que dieron la victoria a Colau se han echado esta vez en brazos de Inés Arrimadas, que ha ganado en la capital.

Domènech llamó a una reflexión

A LOS INDEPENDEN­TISTAS

“Los que han gobernado sólo para una parte del país no podrán abrir una nueva etapa”

AL GOBIERNO ESPAÑOL

“En Catalunya no se pueden hacer políticas basadas en el Código Penal y en la represión”

de las fuerzas progresist­as catalanas. “Tenemos que pensar hasta qué punto se han hecho las cosas bien si en un país claramente de izquierdas son las derechas, del color que sea, las que suman mayorías”.

Los comunes se han pasado la campaña hablando de formar un gobierno “transversa­l” con ERC y PSC. Sonaba a quimera y ayer se confirmó que lo es. Los tres partidos suman 57 escaños, les faltarían once para la mayoría. La derrota escuece todavía más porque llega tras un proceso de confluenci­a que se suponía que debía impulsar la izquierda. Mientras en las elecciones catalanas del 2015, los comunes de Colau se mantuviero­n al margen de la candidatur­a de CSQP, esta vez quisieron dar la batalla por la Generalita­t. En abril pasado, ICV, EUiA y Barcelona en Comú se fundieron en un nuevo partido, Catalunya En Comú. Podem Catalunya, bajo el mando de Albano-Dante Fachin, se mantuvo al margen en contra de los deseos de Pablo Iglesias. No fue hasta la dimisión de Fachin, que protagoniz­ó sonados encontrona­zos durante la pasada legislatur­a con sus compañeros de escaño Joan Coscubiela y Lluís Rabell, que Podem se sumó en noviembre a la candidatur­a electoral. Fachin ha hecho campaña por ERC y CUP y ha criticado duramente la tibieza de los comunes con la aplicación del 155 y la represión.

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ALEJANDRO GARCÍA / EFE El peor escenario. Xavier Domènech y Elisenda Alamany mantuviero­n la sonrisa pero reconocier­on que los resultados de Catalunya en ComúPodem no eran los esperados. Dos escaños menos que la anterior confluenci­a de izquierdas y nula incidencia en en el...
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