Rajoy tratará de frenar cualquier amago de crítica interna al Gobierno
Los populares ven en el resultado una enmienda a la totalidad del 155
Los populares fueron bajando sus expectativas en las elecciones según las encuestas iban pronosticando peores resultados. Pero no se esperaban el final. Si el resultado del PP era muy malo, pero los constitucionalistas superaban a los independentistas, podrían entonar aquello de que lo importante era que la suma de los partidos no independentistas había quedado por encima. Pero no. Lo que no se esperaba nadie es se quedaran incluso sin grupo parlamentario.
¿De quién es la responsabilidad?, se preguntaban ayer muchos cargos en el PP, mientras la dirección se atrincheraba en la planta séptima de la calle Génova, con Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal a la cabeza. La conclusión de buena parte de los dirigentes del partido era diáfana: “El Gobierno ha quedado desautorizado. El Gobierno del 155 se va al grupo mixto”, era una de las corrientes de opinión que se extendían por el partido.
La dirección nacional del PP y el Gobierno habían otorgado a las elecciones catalanas una trascendencia estatal y, en esa línea, la responsabilidad del varapalo se la otorgaban a la Moncloa, más que al partido. “Con estos resultados el 155 se ve que no ha servido para nada. Ni TV3, ni educación, ni Diplocat. Todo vuelve a donde estaba”, aseguraban esos dirigentes que no veían que se pudiera poner ningún paño caliente sobre “el desastre” de los resultados. “¿Pueden seguir administrando la relación con Catalunya los que hoy se han comido el 155?”, se preguntaba ese sector del PP.
Un sector del PP que sin embargo no plantará cara a Rajoy en la reunión del comité ejecutivo nacional del PP que ha convocado para hoy el presidente del Gobierno, tras la reunión del Consejo de Ministros. Una reunión en la que el presidente del Gobierno se acogerá al único elemento que puede paliar el mal resultado. Lo resumió Rafael Hernando en un tuit al filo de las 11 de la noche, cuando todavía no había comparecido nadie ante los medios de comunicación: “Hay más catalanes no independentistas, aunque los independentistas tengan más escaños”. Luego fue Pablo Casado quien pidió “tranquilidad porque la democracia funciona y la ley se cumple”.
En la reunión de hoy, Mariano Rajoy quiere conjurar cualquier intento de movimiento de crítica interno. Su Gobierno podría entrar en una situación de debilidad, si es objeto de críticas internas en un momento en que lo que necesita el Ejecutivo es generar confianza para poder seguir adelante con la legislatura, empezando por la aprobación de los presupuestos, algo
SIN CONSUELO “El Gobierno del 155 se va al grupo mixto”, lamentaban anoche algunos dirigentes
que se le pone más difícil al PP después de los resultados de ayer en Catalunya.
Rajoy comparecerá hoy ante la plana mayor del PP, incluidos todos los presidentes regionales, e intentará ofrecer un mensaje de tranquilidad. Sabe que él no tiene, por lo menos no de momento, ningún adversario interno que le pueda hacer sombra, ni que lo vaya a intentar. Su estrategia pasa por evitar que el malestar de anoche se extienda en caliente y, a la vuelta de las vacaciones de Navidad,ya se replantearán lo que se tengan que replantear. Lo que Mariano Rajoy no quiere, bajo ningún concepto, es que el PP entre en una espiral de autodestrucción, a la que es tan dado el partido en privado.