Una verdad incómoda
Un mensaje con el que el juez Joaquim Bosch pretendía transmitir en las redes sociales su tristeza ante el hecho de que muchos ancianos mueren solos y abandonados ha llevado a miles de personas a preguntarse qué tipo de sociedad, individualista e insolidaria, estamos construyendo. Según el Instituto Nacional de Estadística, hay más de dos millones de ciudadanos mayores de 65 años que viven solos. En muchos casos, se trata de personas que se encuentran aisladas, que no reciben visitas de familiares, amigos o vecinos, y cuya situación a menudo pasa inadvertida a los servicios sociales. No es casualidad que una verdad tan incómoda como la expuesta crudamente por el juez Bosch haya conmovido tantas conciencias precisamente en vísperas de la Navidad, el periodo del año en el que las familias de tradición cristiana se reúnen en torno a la mesa, porque son cada vez más los que no tienen a nadie con quien celebrar nada, que viven sin los vínculos que nos hacen felices.