Rajoy ofrece diálogo al nuevo president, siempre que se cumpla la ley
Inquietud en los dirigentes del PP por los resultados del 21-D
Todas las elecciones abren una nueva etapa y Mariano Rajoy confía en que las celebradas el jueves en Catalunya la abran también. Una etapa en la que se cumpla la ley y sea posible la colaboración entre el Govern de la Generalitat y el Gobierno de España. Él promete que hará todos los esfuerzos que estén en su mano para conseguirlo, y ofrece diálogo al nuevo president, sea quien sea, pero con una condición: que no se repita la unilateralidad y que se cumpla la ley. Si es así, todo será posible, dijo el presidente del Gobierno en una rueda de prensa celebrada en el Palacio de la Moncloa después del Consejo de Ministros y de la reunión del comité ejecutivo nacional del PP, para analizar los malos resultados electorales obtenidos el jueves.
Un análisis en el que no hubo lugar para la autocrítica, algo que decepcionó a muchos dirigentes del PP, aunque dentro de la reunión nadie tomó la palabra. Sólo el candidato catalán, Xavier García Albiol, que pidió una “reflexión seria para el futuro”. Lo mismo que en conversaciones privadas, y ya sin Rajoy, dijeron otros muchos. El único que se atrevió a alzar un poco la voz, pero lo hizo fuera del comité, en declaraciones a la prensa, fue el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, partidario de “no echarle la culpa a los demás del muy mal resultado” obtenido por el PP. Sin embargo, coincidió con Rajoy en el análisis de que la culpa de los malos resultados fue “el voto útil” a Ciudadanos, y en que lo ocurrido no es extrapolable.
Nadie habló, pero Rajoy también actuó para impedir esa crítica, tras las palabras de Albiol pidiendo una reflexión de futuro, lo que provocó un silencio clamoroso, el líder del PP, sin abrir un turno de palabras tomó la batuta e impartió las directrices del análisis que había que hacer. A ver quien le iba a contradecir. Mariano Rajoy, según aseguraron a La Vanguardia dirigentes del PP presentes en la reunión, hizo un análisis que partió de que “estas elecciones suponen un problema para España”, pero sin autocrítica y con tres conclusiones: los resultados en Catalunya no son extrapolables; el Gobierno va a mantener todos sus planes, y finalmente: “no tengo ninguna intención de convocar elecciones”. El causante del mal resultado es el voto útil que se ha concentrado en Ciudadanos.
Tres conclusiones que, de dichas de otra forma repitió después en su comparecencia ante los medios de comunicación. El mal resultado no es por haber aplicado el 155, porque las elecciones las ha ganado Ciudadanos, que apoyo el 155; el Gobierno seguirá firme en hacer cumplir la ley, y las legislaturas están para agotarlas, así que no adelantará elecciones, que se celebrarán a mediados del 2020.
Rajoy hizo esfuerzos por desvincular los malos resultados del PP de la aplicación del 155, “que no se utilizó para tener un voto más o menos”, sino para que en Catalunya se cumpliera la ley, el Estatut y la Constitución, y cree que se ha conseguido. Es más, el presidente del Gobierno mantiene que se aplicó de forma “prudente e inteligen- te”, porque no se nombró a nuevo Govern. Hasta sigue creyendo que la convocatoria inmediata de elecciones, en la que ahora algunos quieren ver el problema de los resultados, fue lo que había que hacer: “Habíamos tomado una decisión muy excepcional”, cesar a un gobierno, y había que lanzar un mensaje de que “no teníamos intención de estar indefinidamente” en las instituciones catalanas, que era una decisión excepcional “y en democracia la excepcionalidad debe ser muy corta”.
Los resultados, sin embargos, no hacen variar los planes al Ejecutivo de Mariano Rajoy: ¿Reforma constitucional?: “El resultado no hace que esté más favor o en contra de una reforma constitucional”, dijo. ¿Alguna oferta concreta a los catalanes?: “Haré un esfuerzo para mantener el diálogo con el Gobierno que salga de estas elecciones, pero haré también un esfuerzo para que la ley se cumpla, y por tanto, espero que haya un gobierno que abandone las decisiones unilatera-
CAUSAS
El presidente achaca al voto útil los malos resultados del PP, pero no los ve extrapolables
ESTRATEGIA
El líder del PP evita abrir un debate crítico sobre lo ocurrido en Catalunya el jueves
les y que no se sitúe por encima de la ley”.
Rajoy está convencido de que la etapa que se abre con las elecciones, sea elegido presidente quien sea, puede cambiar las cosas: “Si hay buena voluntad, si se cumple la ley, si se actúa con sentido común y no se adoptan decisiones unilaterales, las cosas pueden funcionar de otra manera”.
Sobre la posibilidad de reunirse con Carles Puigdemont fuera de España, como ha propuesto el ex president, Mariano Rajoy despreció esa posibilidad: “Con quien tendría que sentarme es con quien ha ganado las elecciones, que es la señora Arrimadas”, a quien ayer mismo llamó. También telefoneó al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, con quien mantuvo una conversación telefónica. Posteriormente, sin embargo, evitó volver a despreciar a Puigdemont, aunque tampoco tuvo en consideración la propuesta: “Tendré que hablar con quien ejerza la presidencia de la Generalitat, para lo cual deberá tomar posesión de su escaño, ser elegido y estar en condiciones de hablar conmigo”, dijo en una clara referencia a la situación de procesal del ex president, huido de la justicia en Bruselas, para quien sigue vigente una orden de detención si vuelve a España.
Eso a futuro, porque puesto a analizar los resultados, lo que destacó el presidente del Gobierno en la rueda de prensa fue que “lo negativo es que los que queríamos el cambio no hemos conseguido los escaños suficientes para llevarlo a buen término”, pero los independentistas “han ido perdiendo apoyos”, eso sí “menos de los que nos gustaría”, pero perdiendo apoyos, y lo explicó: en 2010 tenían 76 escaños, en 2012, 74, en 2015, bajaron a los 72 y ahora se quedan en 70.
Y de ahí, una conclusión: “Nadie puede hablar en nombre de Catalunya si no contempla a toda Catalunya”, porque Catalunya “no es monolítica, es plural, y todos debemos cultivar esa pluralidad como una virtud y una riqueza” y dedicarse, por encima de todo, a curar la fractura social que se ha producido.