La Vanguardia

El seísmo catalán hace temblar a Colau

La debacle de los comunes invita a la alcaldesa a refugiarse en el discurso de ciudad

- RAMON SUÑÉ

Ninguno de los 73 barrios de Barcelona eligió anteayer a la candidatur­a que cerraba Ada Colau y a la formación que lidera la alcaldesa como la primera fuerza política. Es más, el mejor resultado de los comunes lo obtuvieron en la Marina de la Zona Franca... sólo pudieron ser cuartos. Esta es la crudísima realidad de la jornada electoral del jueves para aquellos que, dentro de un año y medio, tratarán de revalidar la victoria que, de forma sorprenden­te, les llevó a la alcaldía de la capital catalana en la primavera del 2015.

Los comicios del 21-D han sido, definitiva­mente, un desastre sin paliativos para la lista amadrinada por una Ada Colau atrapada en tierra de nadie, víctima de la partición de la ciudad en dos bloques, el independen­tista (455.000 votos) y el unionista (397.000). La alcaldesa, con su discurso bivalente en contra del 155 y también de la DUI, no ha conseguido encontrar un refugio seguro donde guarecerse del devastador seísmo político catalán, que ha hecho tambalears­e a una figura política que aparentaba una mayor solidez.

El gobierno municipal evita a toda costa extrapolar hacia las municipale­s del 2019 los resultados barcelones­es de unas elecciones catalanas en las que Catalunya en Comú-Podem ha obtenido menos de la mitad de los votos que bastaron para que Ada Colau destronara al alcalde convergent­e Xavier Trias. Los comunes quieren pasar página cuanto antes y rezan a los dioses del empoderami­ento para restaurar un discurso de ciudad en el que, sin embargo, tampoco se mueven en este momento con gran agilidad y destreza.

El primer hito de un camino –mal asfaltado y propicio para que una oposición crecida lo siembre de obstáculos– que ha de llevar a BComú a afrontar la recta final del mandato con todos los triunfos posibles en la mano es la aprobación del presupuest­o 2018. Colau quiso darse un tiempo, dejar que los barcelones­es dirimieran la cuestión catalana en las urnas, que amainara la tormenta para intentar después trabar un acuerdo con alguna formación interesada en sacar réditos a un pacto de ciudad. El reloj ha comenzado a correr, no quedan más de tres o cuatro semanas para tratar de conseguir lo que todavía hoy parece poco probable: someterse de nuevo a una cuestión de confianza que permitirá a la alcaldesa aprobar la previsión de ingresos y gastos para el nuevo año pero que también evidenciar­á la soledad de un gobierno municipal disminuido tras la todavía poco explicable expulsión del PSC con la pasividad de la alcaldesa y su equipo.

Efectivame­nte, como ya ha quedado demostrado en muchas ocasiones, cada elección es un mundo. Bien lo sabe Ciutadans, el partido que, como en el área metropolit­ana, también ganó en Barcelona el 21-D. El voto en la capital catalana, más si cabe que en el conjunto del país, es cada vez más coyuntural, pero también es cierto que, a falta de año y medio para que Ada Colau se presente al examen de reválida, la lista de contrincan­tes con opciones se ha ampliado: Ciutadans, Esquerra Republican­a e incluso un PDECat que parecía en caída libre pero que ha encontrado en la fórmula de Junts per Catalunya –atención a las coalicione­s, refundacio­nes y reinvencio­nes que puedan aparecer en vísperas de las municipale­s– la pócima rejuvenece­dora. Aunque las fichas se han movido, el mapa electoral de Barcelona (37 barrios con hegemonía de Cs, 23 de ERC y 13 de Junts per Catalunya) sigue tanto o más fragmentad­o que aquel puzle de tan difícil resolución que dejaron los comicios del 2015.

EL VOTO POR ZONAS

Ciutadans gana en 37 barrios; Esquerra, en 23, y JxCat, en 13; BComú en ninguno

CASI COMO RAJOY

La fuerza que gobierna en solitario la ciudad no pasa de la quinta posición

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain