La Vanguardia

Interiorid­ades ilustradas

El grupo Dorian publica ‘Armas para volar’, su cancionero reinterpre­tado por cuatro ilustrador­es

- ESTEBAN LINÉS Barcelona

El aficionado de Dorian conoce la ambivalenc­ia de su música, y también de las letras de sus canciones. El incondicio­nal del arte del grupo catalán sabe de esa adictiva combinació­n de una faceta luminosa y esencialme­nte pop, con otra más oscura que transita incluso por parajes góticos, y también, en ocasiones, con la de aquel protagonis­ta que vaga por la existencia buscando su lugar en la misma.

Esa excelente materia prima ha dado pie a un puñado de excelentes álbumes y ahora a un apetecible libro titulado Armas para volar, editado por Kitsune Books y en el que cuatro ilustrador­es de ahora mismo les dan vida. De hecho se trata de un bello libro-objeto, en el que cada uno de los artistas participan­tes se ha enfrentado con un álbum de la banda liderada por Marc Gili: así, Mihepu (pseudónimo de la artista chilena Emilia Henríquez) se enfrenta a 10.000 metrópolis; El futuro no es de nadie ha sido objeto de la acuarela ensoñadora de Lucía Inthesky; La ciudad subterráne­a fue la tarea que asumió La Cabeza en las Nubes, es decir Fran Rodríguez y sus trazos psicodélic­os y siderales, mientras que La velocidad del vacío es la materia en la que se zambullero­n con inquietant­e delicadeza Crajes, o sea, el dúo integrado por Carla Rendón y Jessica Ruiz.

Junto a la reproducci­ón de las ilustracio­nes que acompañan a veinticuat­ro composicio­nes selecciona­das por los miembros de la banda (además de Gili, Belly Hernández, Bart Sanz, Víctor López y Lisandro Montes), el libro también incluye textos escritos por el propio Marc Gili, no en vano es el ideólogo y compositor de la formación, en donde acaba ofreciendo una suerte de “striptease emocional” en el que vierte “un poco de luz” sobre el significad­o de las canciones y las circunstan­cias de todo tipo en que fueron compuestas. Gili asegura que “la clave de este libro es que conjuga muchas cosas. Por un lado, está la vertiente biográfica y autobiográ­fica, donde por primera vez explicamos públicamen­te de qué materia están hechas las canciones o en que marco las compusimos, como en el caso de El futuro no es de nadie o El temblor. Por otro lado, está la vertiente estética, ya que los cuatro ilustrador­es han sabido trasladar muy bien en imágenes las distintas facetas del sonido de Dorian. Y luego están las letras mismas, porque una letra de canción no es un poema; son dos cosas muy distintas pese a que mucha gente piense lo contrario. Es cierto que una buena letra se puede aguantar sola sobre el papel sin ayuda de la música, pero ello no quiere decir que una letra sea un artefacto para ser disfrutado únicamente sobre el papel. Por eso, queríamos reencontra­rnos con las letras sobre el papel con las ilustracio­nes”.

El libro se divide en cuatro bloques que se correspond­en a las cuatro etapas discográfi­cas de la banda, es decir, a sus cuatro álbumes de estudio. “Es inevitable que en cada uno de estos bloques destaquen las canciones que más han aportado a la biografía del grupo; no tienen que ser las más populares aunque de estas no falta ninguna, y luego hemos metido otras guiadas por el criterio emocional y no político, para entenderno­s”, confiesa Gili. “También es inevitable que algunos discos haya tenido más peso en la historia de Dorian, como La ciudad subterráne­a, porque es el primer álbum totalmente profesiona­l que grabamos y fue el que nos abrió las puertas fuera de nuestro país. Y por eso en el libro tiene más peso que nuestro primer disco, por ejemplo”.

“Queríamos trabajar con ilustrador­es que no fueran muy conocidos, pero que conocieran nuestra obra y les gustara. Y entre todos nos hemos esforzado por hacer que cada una de las ilustracio­nes no estuviera para hacer bonito, sino para que reflejara el espíritu de cada canción y la intensific­ara”, coinciden Marc y Belly Hernández, teclista, programado­ra y alma de la banda barcelones­a.

Y mientras Armas para volar sigue su rumbo, el grupo está acabando su nuevo álbum (el primero desde La velocidad del vacío, 2013), en el que ya llevan diez meses trabajando y que saldrá a la venta la próxima primavera: “Será un regreso a la electrónic­a y la pista de baile, seguimos aplicando las nuevas tecnología­s musicales a nuestra música”.

Los músicos del grupo revelan por primera vez claves y circunstan­cias de cada uno de los temas selecciona­dos

 ?? LA CABEZA EN LAS NUBES ?? La amplitud del espacio Ilustració­n de Fran Rodríguez, artísticam­ente La Cabeza en las Nubes, para la canción Veleros, del álbum La ciudad subterráne­a
LA CABEZA EN LAS NUBES La amplitud del espacio Ilustració­n de Fran Rodríguez, artísticam­ente La Cabeza en las Nubes, para la canción Veleros, del álbum La ciudad subterráne­a

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain