Interior retira de Catalunya a los policías desplegados por el 1-O
La operación se dará por cerrada el sábado, después de que haya arreciado la polémica por las condiciones de alojamiento de los agentes
Los miles de policías –llegó a haber 6.000– desplazados a Catalunya para impedir el referéndum del 1-O y, eventualmente, garantizar la aplicación del artículo 155 regresarán a sus residencias en el resto de España antes del sábado, según anunció ayer el Ministerio del Interior. El exiguo menú servido a los agentes por Nochebuena motivó la última de las polémicas.
El Ministerio del Interior ha dado instrucciones para que antes del próximo sábado todos los agentes de la Policia Nacional y la Guardia Civil todavía desplegados en Catalunya, dentro del operación Copérnico, regresen a sus casas. De este modo los dos barcos amarrados en el puerto de Barcelona que les sirven de residencia levarán anclas y volverán a Italia donde tienen su base.
Estos agentes llegaron a Barcelona para impedir la celebración de la votación del 1 de octubre y, eventualmente, garantizar la intervención del Govern en virtud de la aplicación del artículo 155 aprobado por el Senado.
El contingente llegó a alcanzar los 6.000 agentes entre policías nacionales y guardias civiles. El despliegue se realizó para reforzar a la policía autonómica y a los efectivos estatales con base en Catalunya, pero también ante las dudas del Ejecutivo central de que los Mossos d’Esquadra ejecutarían las órdenes dictadas por los jueces y el Ministerio del Interior.
La estancia en los alojamientos habilitados por el ministerio no ha sido pacífica. Los agentes protestaron contra las condiciones en las que habían sido alojados en los barcos del puerto y por la calidad del servicio que prestaban sus tripulaciones.
Sin ir más lejos, este pasado día 25 las redes sociales se hicieron eco de las fotos, distribuidas desde las cuentas de los sindicatos policiales, con los menús servidos en los barcos en la cena de Nochebuena. No eran precisamente muy apetecibles. Además, parte de estos contingentes policiales, instalados en hoteles, debieron cambiar de alojamiento en las primeras semanas de octubre ante la presión de algunos vecinos de determinados municipios. En suma, la estancia en Catalunya, no ha sido fácil.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, anunció la retirada de estos efectivos después de reunirse ayer con representantes sindicales de la Policía Nacional y de asociaciones de la Guardia Civil con los que negocia un aumento salarial. Los agentes de estos cuerpos reclaman una equiparación con las nóminas de la policía autonómica vasca y catalana. Esta petición no está exenta de controversia porque los cálculos de los sindicatos policiales no coinciden.
Durante la estancia en Catalunya los agentes han cobrado unas dietas diarias de unos 100 euros aún contando con alojamiento y comidas a cargo de Interior.
La retirada de los policías que todavía estaban desplegados en Catalunya afecta sobre todo a los agentes destinados a unidades de orden público. Unos pocos agentes de la policía judicial –básicamente policías nacionales– que llegaron a Catalunya hace ya tres meses seguirán aquí por el momento para dar cumplimiento a los requerimientos de los diversos tribunales que siguen investigando en los diversos frentes legales del 1 de octubre y la declaración unilateral de independencia.
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