Arrepentimiento tardío
El presidente busca un pacto con el fujimorismo que estabilice la política peruana
El exmandatario de Perú Alberto Fujimori pide perdón por primera vez a los peruanos tras el polémico indulto “humanitario” concedido en Nochebuena por el presidente Pedro Pablo Kuczynski.
INTERNACIONAL
El exmandatario autócrata de Perú Alberto Fujimori pidió ayer perdón por primera vez a los peruanos tras el polémico indulto “humanitario” concedido en Nochebuena por el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Fujimori, de 79 años, expresó sus disculpas con un vídeo grabado desde la cama del hospital donde fue ingresado el sábado por hipotensión y arritmia cardiaca.
“Soy consciente que los resultados durante mi gobierno fueron bien recibidos por una parte de la población pero reconozco que he defraudado también a otros compatriotas: a ellos les pido perdón de todo corazón”, dijo Fujimori en un mensaje de menos de dos minutos que leyó postrado en la cama y conectado a varias máquinas en la UCI del hospital, según explicó el mismo exmandatario.
Fujimori indicó que el indulto le produjo “un fuerte impacto en el que se mezclan sentimientos de extrema alegría y al mismo tiempo de pesares”, y expresó su “profunda gratitud” a Kuczynski “por este gesto magnánimo que me ha reconfortado”. El exmandatario dijo sentirse comprometido “para apoyar decididamente” el llamamiento a la reconciliación que ha lanzado Kuczynski. El presidente busca un entendimiento de mínimos con el fujimorismo que ayude a estabilizar el país.
“Me aúno a las esperanzas de todos los que luchan por la grandeza del país, porque para los peruanos el Perú es lo primero”, concluyó Fujimori.
El expresidente (1990-2000) ha cumplido 12 años de reclusión en un recinto policial de Lima. Tras recibir varias condenas por delitos de lesa humanidad o corrupción, Fujimori debería haber estado encarcelado 25 años. Gobierno tras gobierno, el indulto ha sido insistentemente reclamado por su hija, Keiko Fujimori, la política más popular del país, excandidata presidencial y líder de la mayoría en el Parlamento, pero no fue hasta la semana pasada cuando la moción de confianza presentada por el fujimorismo contra el presidente Pablo Kuczynski precipitó los acontecimientos.
Después de haberse destapado que una empresa de Kuczynski cobró sobornos de la constructora brasileña Odebrecht cuando era ministro de Economía (20042005), la moción de destitución del mandatario por “permanente incapacidad moral” fue rechazada el jueves por el Congreso en una ajustada votación tras un maratónico juicio político. El fujimorismo tiene mayoría en el parla- mento pero necesitaba dos tercios de la cámara. Al final, Kuczynski se salvó gracias a la abstención de diez diputados fujimoristas tildados de díscolos en su grupo parlamentario –entre ellos, el hijo del exdictador, Kenji Fujimori–, aunque todo hizo pensar que se había llegado a un pacto con el presidente para que salvara la cabeza a cambio del ansiado indulto.
La medida de gracia ha provocado ya varios días de protestas en el centro de Lima y enfrentamientos de antifujimoristas con la policía, además del descrédito acelerado de Kuczynski, que durante la campaña que lo llevó al poder el
Keiko Fujimori, líder de la mayoría, cedió votos al actual mandatario para superar una moción de confianza
año pasado había prometido no indultar a Fujimori, aunque sí se mostró partidario del arresto domiciliario.
Kuczynski indulta a Fujimori, atendiendo al “deterioro gradual” de su salud. El autócrata salió ayer de la UCI, tras difundir en su cuenta de Facebook el mensaje pidiendo perdón. “Ha sido la decisión más difícil de mi vida. Se trata de la salud y las posibilidades de vida de un expresidente del Perú, que habiendo cometido excesos y errores graves, fue sentenciado y ha cumplido ya doce años de condena”, justificó Kuczynski en un inesperado mensaje a la nación.