La Vanguardia

“Lo que un sintecho agradece más es que sepas su nombre”

Si te abres a los demás, cada año te enseña a vivir mejor el siguiente. Nací en Ivars d’Urgell: me querían farmacéuti­co, pero la ilusión me hizo periodista. La muerte de un sintecho hace 12 años nos obligó a fundar Bona Nit para evitar otras: hoy más de 5

- LLUÍS AMIGUET

Volvería a ser usted periodista? Sin duda. Pues ya me dirá que le ve al oficio. Está peor retribuido, pero también es más necesario que nunca. Yo empecé Farmacia y no pasé de primero. En vez de ir a clase, me pasaba el tiempo contemplan­do los quioscos de la Rambla y el escaparate de La Vanguardia en Pelai.

Pero hoy cualquiera publica cualquier cosa en cualquier sitio, ¡y algunos arrasan!

La misión del periodista es la misma: servir a los demás a formar su opinión, pero su función ha cambiado. Desde que se inventó la imprenta, éramos quienes ayudábamos cada día al ciudadano a pasar de la ignorancia al conocimien­to; hoy le ayudamos a pasar de la falsedad a la verdad.

Es que ya todo se encuentra en el móvil.

Pero son datos desordenad­os y caóticos y a menudo falseados. Sólo el buen periodismo interpreta, elucida y da contexto al lector.

¿Y eso cómo cambia la profesión?

En que la garantía de la verdad la pone el periodista con su firma. Y un buen equipo de periodista­s se la confieren a la cabecera del medio que los publica. Por eso, este oficio sigue siendo útil y no desaparece­rá.

Usted era útil; ¿por qué fundó Bona Nit?

En enero del 2005, un sintecho murió de frío en El Vendrell. Y le dediqué mi columna diaria en el Diari de Tarragona, La Plumilla, que en el 2018 cumplirá 30 años.

¿Con eso fue suficiente?

La titulé “Llamamient­o” y se escuchó, porque el entonces jefe de la oposición municipal y hoy alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballestero­s, se presentó en la redacción y me dijo “cuenta conmigo”; después se añadieron la profesora Natalia Borbonés, el doctor Adserà y el abogado Juan López Masoliver.

Sociedad Civil en marcha.

Y fueron uniéndose más y más amigos hasta formar un patronato. En 10 años atendimos a más de 5.000 indigentes en el territorio.

Hoy Bona Nit ya es una institució­n.

Tenemos 32 camas: doce en dos pensiones de Tarragona, y 20 en un albergue cedido por el arzobispo Jaume Pujol y la Fundació Obra Pia de Montserrat.

¿Cómo son las personas que acogen?

Como usted y como yo, sólo que con peor suerte. Vienen de todo el mundo, pero más de la mitad son españoles y entre ellos hay

muchos Pierden ¿Por qué catalanes la familia, acaban también: pierden en la indigencia? el la trabajo cuarta parte. y algunos se Empiezan enganchan sufriendo al alcohol una u de otras esas sustancias. pérdidas desgracia y, a menudo, siempre las empieza sufren con todas. la soledad. Pero la

los ¿Por atiende qué el acaban sistema como público? simpapeles? ¿No

En ningún una ciudadano sociedad próspera debería dormir como la en nuestra, la calle, pero, como la administra­ción no lo evita, Bona Nit sigue siendo muy necesaria.

¿No ha vuelto a morir nadie en la calle?

No en nuestras comarcas, pero aún se requieren iniciativa­s privadas sociales como la nuestra o la calle estaría llenas de indigentes sobrevivie­ndo en ellas. Arrels en Barcelona también realiza una labor formidable y necesaria. No sólo les damos una cama y comida, también reconocimi­ento y compañía.

¿Cómo?

Pues celebramos sus cumpleaños o fiestas como la Navidad con ellos; vemos juntos la tele... Pero lo que más agradecen es que te aprendas su nombre y les llames por él.

¿Algunos encuentran trabajo después?

Tuvimos acogido a un joven colombiano que había llegado de polizón en un carguero al puerto de Tarragona y se tiró al mar al llegar. Poco después, logró empleo y se integró.

¿Se acuerda usted en especial de otros amigos asistidos por Bona Nit?

Tuvimos a un enfermo de cáncer que había sido desahuciad­o por todos, incluida su familia. Dormía en la playa hasta que nos lo trajeron. Él –repetía– no quería molestar.

¿Molestar por qué?

No quería dejar sin cama a alguien, decía, que la necesitara más que él. Se volvió a ir a la calle, aún enfermo, y le insistíamo­s en que se quedara, pero el aún más en que otros estaban peor que él. Nunca he visto a alguien más preocupado por los demás.

Además, dirigió usted 20 años el Diari: ¿alguna enseñanza que compartir?

Que cuando te entregas con pasión a algo que te gusta, siempre recibes más de lo que entregas. Antes de dirigir, fui periodista en seis diarios, entre ellos La Vanguardia ,ycada día era una aventura emocionant­e.

Usted me ha llenado una estantería.

He escrito 15 libros, sí, pero, bueno, íbamos a hablar sólo de Bona Nit... Tenemos ya cinco profesiona­les fijos y necesitamo­s más: queremos crecer y ser más útiles todavía.

¿Cuál de sus libros me recomienda que relea estos días?

Hay uno del que todo el mundo me habla y parecen haberlo leído: El médico. Es la historia de mi abuelo, doctor de familia.

¿Y el que no puede evitar releer usted?

Lo que más ilusión me ha hecho es conocer periodista­s que llegaron al oficio por haber leído De profesión, periodista.

 ??  ?? LUIS MILIÁN
LUIS MILIÁN

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain