La contención del furioso
DONALD Trump no es un hombre que se deje aconsejar por nadie, así que son sus impulsos quienes manejan sus políticas. Steve Bannon, el poderoso consejero que lo aupó a la presidencia de Estados Unidos, acabó enfrentado a él porque resulta un personaje imposible de sujetar. Ahora, tras la aparición del libro Fire and fury, de Michael Wolff, donde Bannon se ha despachado a gusto contra su exjefe, Trump parece haber contado hasta diez antes de responder a esta biografía cercana al libelo, donde se le presenta como un loco que no ha leído un libro y que nunca escucha a nadie. Si no fuera porque Wolff asegura que el presidente aborrece los libros, se podría creer que ha hecho caso a Stefan Zweig, cuando en Momentos estelares de la humanidad escribe que lo más prudente que puede hacer un hombre sensato y no muy intrépido cuando se encuentra con otro más fuerte que él es evitarlo y, sin avergonzarse, aguardar un cambio, hasta que el camino vuelva a quedar libre. Es una mala definición de Trump calificarle de “sensato y no muy intrépido”, pero ciertamente esta vez ha manejado Twitter como si fuera un miniaturista del Renacimiento. Y en lugar de atacar a quienes le denigran, se ha limitado a ponerse en valor. Más o menos como hacía Cicerón, según el relato de Zweig.
¿Qué ha respondido el presidente estadounidense? Pues que no sólo es inteligente, sino un genio, un genio muy estable. Que con su esfuerzo ha conseguido ser un exitoso hombre de negocios y una estrella de la televisión. Y que todo lo ha alcanzado gracias a su estabilidad mental y su talento. Tres tuits en los que se reivindica y en los que no arremete contra Wolff, Bannon y compañía. Por una vez, ha hecho caso a sus colaboradores y no se ha dejado llevar por su cólera. La contención del furioso Trump es una novedad, que invita a pensar que puede llegar a ser previsible. Una buena noticia para empezar el
2018.