Oportunidad en Málaga
Los blanquiazules no cierran la primera vuelta sin victoria a domicilio desde hace 30 años
El Espanyol disputa en Málaga su último partido a domicilio en la primera vuelta, en la que aún no ha ganado fuera de casa. El técnico del equipo catalán, Quique Sánchez Flores, lanzó ayer un mensaje de optimismo y pidió unidad para recuperar la confianza.
Puede que 20 años no sean nada. O quizá sean mucho. Pero 30 son bastantes. Y en el fútbol, demasiados. Los que separan varias generaciones de jugadores y dividen a los aficionados entre el recuerdo y la leyenda. En el españolismo, 30 años son los que ahora se cumplirán de aquella memorable final de ida y vuelta de la UEFA, mágica en Sarrià y maldita en Leverkusen, que tuvo su trágico epílogo en el descenso de la siguiente campaña.
Treinta años son también los que marcarán aquella lamentable primera vuelta que firmó esa plantilla de los N’Kono, Eloy, Orejuela, Golobart, Iñaki, Escaig, Zubillaga, Pichi Alonso o Michel Pineda. Un
equipo marcado por aquella fatídica tanda de penaltis que acabó con sus huesos en Segunda. Desde entonces –y ha llovido– el Espanyol no ha vuelto a firmar peores números que entonces a domicilio en toda una primera vuelta. Lo volverá a hacer si esta noche es incapaz de ganar en La Rosaleda a un Málaga en descomposición.
Desde aquella campaña en la que los blanquiazules no consiguieron imponerse lejos de Sarrià hasta la jornada 29, cuando Pineda marcó el solitario gol del triunfo en el Tartiere para un equipo que iba ya por su tercer técnico (Clemente, Pepe Mauri y García de Andoain), el Espanyol no ha vuelto a cerrar una primera vuelta sin conseguir ganar fuera de casa.
En puntos, los cuatro que lleva ahora son los mismos con los que cerró el campeonato de invierno de las campañas 1996-1997 y 20022003. También se podrían contabilizar como cuatro con los que cerró la también aciaga temporada 19911992, la del último descenso a Segunda. Fueron tres, aunque entonces el único triunfo de aquella primera vuelta sólo valía dos puntos.
El Espanyol no se encuentra hoy en números de descenso. Su proyecto es más sólido y sus resultados en casa lo mantienen lejos de la zona de peligro. Pero la estadística siempre alerta, por más que ayer Quique Sánchez Flores trató de relativizar unos datos que considera muchas veces caprichosos más que como un tendencia o una muestra de inseguridad del equipo.
DAVID LÓPEZ VUELVE A LA ZAGA Sánchez Flores relativiza la estadística y ayer viajó a Málaga sin el lesionado Óscar Duarte
LA VISIÓN DEL TÉCNICO “Los buenos equipos no distinguen entre jugar en casa o hacerlo fuera y el año pasado lo hicimos”
“Hemos llegado a competir bien en muchos partidos fuera de casa, algunos de ellos ante rivales importantes –señaló–. No es que no compitamos, es que tenemos que prestar más atención a errores evitables que nos hacen los partidos más difíciles, y que nos llevan a resultados que parecen imposibles de cambiar”. “Los buenos equipos no distinguen entre jugar en casa o fuera y la pasada campaña lo hicimos durante un tiempo –prosiguió–. Tenemos que recuperar la confianza necesaria y la inercia suficiente para obtener los buenos resultados tanto en casa como a domicilio”.
Con el reto de que no se vuelvan a recordar las sombras de Leverkusen, una maldición recurrente para el españolismo, el equipo de Quique Sánchez Flores viajó ayer a Málaga con la sensible baja del lesionado Óscar Duarte, que le obligará a volver a reubicar a David López en el eje de la defensa. Se le suman Jurado y Marc Navarro, víctima de la Copa.
El técnico quiso lanzar un mensaje de optimismo: “Tenemos que minimizar errores y ser positivos, ya que estamos en una Liga muy igualada, con unos diez equipos muy apretados y una racha positiva nos abriría el camino”.