Las firmas de lujo apuestan por la moda de los pendientes de gran tamaño
La gran mayoría de las firmas de lujo ha hecho su propia versión del complemento de moda en tamaño XXL
Exagerados. Sobredimensionados. Coloridos. De joyería o de bisutería. Así son los pendientes que sobre la pasarela y a pie de calle se han convertido en el complemento que realmente va a marcar la diferencia esta temporada. Y los firman tanto las casas de lujo (todas se han apuntado: desde Marni o Louis Vuitton, a Balenciaga, Loewe y Saint Laurent) como las marcas low cost.
Y para las más atrevidas, esta afición por los pendientes en tamaño XXL la opción más transgresora es la de llevarlos por pares desiguales. Una vuelta de tuerca en la que, pos supuesto, también existen variaciones. Hay firmas que proponen un mismo diseño pero en dos tamaños bien diferenciados para cada lóbulo (es el caso de Elie Saab, que en su último desfile versionó todo tipo de estrellas para sus maxipendientes con una pieza larguísima para la oreja izquierda y más corta para la derecha) y otras muchas que construyen el par con dos modelos completamente dispares.
Sea como sea, lo que marca las diferencia es el atrevimiento. Por tamaño, color, materiales o motivos... Los pendientes que gustan (y se ven en las redes, en las alfombras rojas y como reclamo en los escaparates) son realmente exagerados de apariencia consistente... Parece imposible que puedan sujetarse a los lóbulos pero todos tienen su secreto (o son ligeros o de cierre super reforzado). Es el caso de los inspirados en las bolas y otros ornamentos de los árboles de Navidad que Gucci ha vendido a 750 euros. O el enorme gato de estrás que esa misma marca comercializa por 1.980 euros.
Coloridos y exagerados, pero también idénticos para ambas orejas, son los corazones con cuentas de colores que cuelgan de la oreja y hasta el nacimiento del cuello y que Miu Miu vende por 295 euros. O la sorprendente tira de escarabajos metálicos (y muy realistas) que alcanzan la clavícula a razón de 580 euros la pieza.
Fendi, Oscar de la Renta, Swarovski, JW Anderson... todos han hecho su propia versión de este adorno que, en forma de simple arete ya se encontró en sepulturas de la edad de bronce (y consta que se usaba entre algunos pueblos antiguos como adorno de la nariz, perforando el cartílago central).
Rihanna, Katy Perry, Angelina Jolie y sobre todo Beyoncé son algunas de las responsables de la
atención tan sobredimensionada como estos pendientes casi siempre de bisutería que también usan a diario Joanne Rowlin y Halle Berry.
Ellas suelen llevarlo a pares,pero también son cada vez más las (y los) influencers que más allá de los pendientes han resucitado la moda de los piercings. Sí, lo de salpicarse la oreja de agujeros para llenarlos de todo tipo de aros como hacían los punkies en los ochenta, también ha dado su giro de moda. Se llevan los piercings pero con estilo...
Ya no son una señal de protesta o inconformismo, ahora son una muestra de estar en la onda de las tendencias. Y pueden llegar a convertir las orejas en un expositor de delicadas piezas de joyería. No hace falta ni siquiera llevar más de un agujero. Son los mismos joyeros que, arrastrados por esta fiebre por el piercing y los ingresos que les comporta, han ingeniado métodos para construir artilugios con varios pendientes que no requieren perforaciones extra. De hecho hay marcas que se han hecho fuertes en esto. Es el caso de Messika (la firma de Valérie Messika, hija del célebre comerciante de diamante) que hace joyas novedosas e inesperadas para introducir un punto punk a la alta joyería. O el de la española Sansoeurs que se dedican en exclusiva a crear estos falsos piercings para atender (y de paso sacar el máximo beneficio) los dictados de la moda.
Se llevan enormes, de joyería o bisutería y mejor desparejados; y también se renueva la fiebre por el piercing