“Yo no soy escritor”
Antoni Bassas, periodista, ganador del premio Josep Pla
Uno de los periodistas más conocidos y respetados de Catalunya, Antoni Bassas (Barcelona, 1961), es el premio Josep Pla de narrativa –dotado con 6.000 euros– por Bon dia, són les vuit!, unas memorias de la etapa en que dirigió (1995-2008) el magazine radiofónico El Matí de Catalunya
Ràdio.
¿Es una memoria del día a día del programa?
Es como si me hubiera puesto en la cabeza una cámara GoPro y le enseñara al lector por dónde paso, qué hago, como si hablara en voz alta. El lector oye la radio y al mismo tiempo ve qué estaba pasando, aquello que no veía pero que quizás intuía. Las presiones del poder político, porque se trata de una emisora pública, cosas del programa, de la historia reciente de Catalunya, una celebración de la radio.
¿Es un ajuste de cuentas?
No. No es para ajustar las cuentas ni es nostálgico ni quiere reivindicar un programa que ya se reivindica solo porque ha tenido los premios que ha tenido y las audiencias que ha tenido. No es mi estilo mirar atrás, sino al frente, pero la gente me comentaba muchas cosas del programa por la calle, y me sentí en deuda. Al terminar, no podía ni mirarme los correos electrónicos que había recibido porque
me hacían un poco de daño, me recordaban la parte más dura de aquel final. Escribir con diez años de perspectiva me ha permitido dar importancia a lo que realmente la tiene, el resto es una pequeñez. Está la narración en singular del periodista y la narración, en primera del plural, de un país que cambia mucho: Aznar, la guerra de Irak, el 11-M, la promesa de nuevo Estatut, el tripartito...
¿Es una crónica periodística o una propuesta literaria?
El libro no es una mera enumeración de hechos, hay mucha reflexión, pero todavía no puedo reclamar para mí la condición de escritor, yo no soy escritor, soy periodista. Es posible que alguna frase, párrafo o capítulo tenga calidad literaria, pero yo no soy escritor. Me siento extraordinariamente honrado de ganar un premio que lleva el nombre de Josep Pla... pero este no es el escenario donde se ve un periodista de radio, no es un premio Ondas. No puedo pretender que soy lo que no soy.
La literatura catalana tiene una larga tradición de periodistas: Gaziel, Xammar, Pla...
Me gustaría tener su calidad literaria, pero tómense eso como el libro de un periodista.
¿Podemos mirar ahora lo que pasa en Catalunya con una actitud o una mirada reflexiva?
Lo que estamos haciendo se ha acelerado, de cualquier cosa hay la sensación que pasará a la historia.
Vivimos en emergencia nacional. La noche del premio no había ningún miembro del Govern, eso ya lo dice todo de cómo vivimos.
A usted lo echaron poco después de que un diputado dijera que “había que arrancar la costra nacionalista” de los medios.
Todo eso sale. Pero sin investigar mucho. He recuperado mi dietario, mis recortes de prensa... Catalunya había operado muchos años con la oposición entre Convergència y los socialistas, la sociedad quería otra cosa, y el programa lo captaba, detectaba este descontento, no sólo en términos nacionales sino de infraestructuras o de financiación, yo me pasé muchas mañanas explicando cómo Renfe fallaba, y se enfadaban conmigo. El diputado que dijo eso pensó en términos de guerra fría convergente-socialista o en términos de ortodoxia y mantenimiento del
poder, pero la sociedad, no yo, estaba pasándole por encima.
Usted no tenía experiencia en la información política...
Para entrevistar el presidente de la Generalitat es de mayor ayuda habérselas habido con un futbolista expulsado en el túnel de vestuarios, la rapidez mental que te da aquello, saber captar el ambiente... Llegué muy entrenado. Ejemplo: “¿Señor Clos, cómo ha venido a la radio en el día sin coches?”. Respuesta: “En coche”. Con eso ya está dicho todo.
¿Qué no ha puesto?
Lo que haría daño y no tiene ninguna importancia, lo que no se merece pasar a la historia.
¿Qué le gusta leer?
Muchas biografías, ensayos políticos, libros de memorias, relatos históricos o de actualidad... por razones de trabajo, a menudo. Lo que tengo en la mesilla de noche es el libro de Josep Pla, Fer-se totes les il·lusions possibles. Cuando
me fui a EE.UU. leí Viatge a Amèrica de Pla, escrito en los años 50. También he leído hace poco El
cuaderno secreto de Ivan Maiski, el embajador soviético en Londres entre 1933 y 1942. Y poesía, sobre todo Margarit y Maragall.
¿Por qué escribe?
A partir de una determinada edad tiene más sentido, porque has vivido y la experiencia te da un cierto derecho a hablar. Un libro es como un parto: cuando lo acabas de tener, dices “¡nunca más!”, pero acabas repitiendo.
MOTIVACIONES
“No es para ajustar las cuentas ni por nostalgia, mi estilo es mirar adelante”
EXPERIENCIA
“Para entrevistar a un político es útil haber hecho futbolistas en el túnel de vestuarios”