El Madrid se deja otros dos puntos en Balaídos
El Madrid empata en Balaídos en un pésimo partido que mereció perder y queda a 16 puntos del Barça
En Balaídos, donde el Madrid dio un paso fundamental para ganar la última Liga, los blancos escenificaron anoche que la de esta temporada la dan por perdida. El equipo de Zidane fue en todo momento un conjunto sin alma, sostenido en la primera parte por acciones aisladas de Bale que le valieron para remontar el gol inicial del Celta, pero ni así. La segunda parte del Madrid fue infame, impropia de uno de los equipos que se supone que están en la élite de Europa.
De todas maneras, a nadie puede extrañar el desplome. El Madrid viene dando muestras todo el curso de que casi nada funciona, que prácticamente todos sus jugadores están por debajo de su nivel y que no hay ninguna dirección en el banquillo. Lo de ayer fue otra muestra más de la impericia de Zidane. Durante toda la segunda parte se veía que eran necesarios cambios, pero estos llegaron tarde, como es habitual, cuando el Celta había convertido el juego en un asedio y al Madrid ya lo había salvado un penalti parado por Keylor Navas.
Sin Ramos, Benzema ni Carvajal, tres titulares indiscutibles para Zidane, el Madrid se manejó en Vigo con poco brío. Eso quizá sea lo peor y lo que menos perdona el madridismo. Para nada dio la impresión de ser un equipo en situación desesperada, que no podía permitirse el más mínimo error. Sin embargo, su puesta en escena no fue la de un equipo apurado. Se diría que salió más a verlas venir que a imponer su juego. El Celta tampoco empezó a toda pastilla. Quizá con un ojo en la eliminatoria copera del Camp Nou, el equipo de Unzué prefirió esperar atrás, confiado en pillar al Madrid a la contra.
Los blancos se hicieron con el balón, pero lo manejaron con poca velocidad, una constante esta temporada. Modric y Kroos estuvieron en su versión anodina, y el Madrid, cuando el croata no imprime ritmo, es un equipo sin filo. Marcelo es una sombra del lateral profundo que fue, y Cristiano de delantero centro no acaba de cuajar. El portugués pierde casi todos los duelos individuales cuando se enfrenta a centrales de fuste. En la primera media hora el partido sólo lo agitaba Aspas, que se movía por todo el frente de ataque sembrando el caos en la defensa blanca. La primera ocasión clara fue suya. Irrumpió desde atrás y remató al palo.
Sobre la media hora, el tedio saltó hecho pedazos. Wass vio a Keylor adelantado y le batió con una vaselina. El Madrid reaccionó bien. Enseguida volteó el marcador. Bale marcó por dos veces en tres minutos, el primero a pase de Kroos y el segundo de Isco.
La segunda parte fue muy distinta. El Madrid de forma incomprensible se fue del partido. Sus líneas se hicieron larguísimas y el Celta poco a poco se creyó que podía darle la vuelta a aquello.
El bajón de Isco y Modric fue tremendo, y el balón comenzó a circular por las inmediaciones de Keylor. Unzue introdujo cambios ofensivos, y Zidane siguió impasible en el banquillo, sin reacción.
El Celta tuvo la posibilidad de empate en un claro penalti de Keylor a Aspas. El delantero de Moaña no ajustó bien su lanzamiento, y el costarricense le adivinó la intención y le sacó el remate. Ahí pareció revivir el Madrid. Sin embargo, no cejó en su empeño el Celta. A ocho minutos del final, Marcelo intentó una frivolité en el
EL DOBLETE Bale, autor de los dos goles blancos, fue de lo poco salvable de un Madrid sin fe
EL PENALTI Aspas falló una pena máxima y rompió una racha de once aciertos consecutivos
centro del campo, una ruleta que acabó en pies del Celta, que montó una contra fulgurante. Nacho fue a tapar la banda de Marcelo, y nadie atajó el centro que remató a placer Maxi Gómez, para cabecear a la red. Estalló Balaídos. Tuvo una última oportunidad Lucas Vázquez, pero remató al cuerpo del portero. El Madrid mira al Barça con catalejo. A 16 puntos.