Ni hola ni adiós
Dembélé aún no explota de blaugrana mientras Mascherano todavía no se despide
El día después de Reyes es tiempo de estrenar juguetes nuevos. De empezar a jugar con los regalos que se acaban de abrir. De demostrar que te hacían verdaderamente mucha ilusión. Que no eran un capricho cuando se pidieron en la carta. Algo parecido pasa en el Barcelona con Ousmane Dembélé, un futbolista todavía por descubrir, un delantero que todavía no ha podido explotar en el Barça, una promesa fichada a precio de crack del que se espera mucho por su juventud, su velocidad y su explosividad. Tiene todo el futuro por delante pero los aficionados quieren ver ya algunas de sus cualidades. Pero después de casi cuatro meses lesionado y con sólo 140 minutos en las piernas, el mosquito vuela pero aún no pica.
A las 15.49 horas, por megafonía se anunció que Dembélé era titular contra el Levante y el público (poco) que ya estaba en sus asientos recibió la noticia con un fuerte aplauso. Valverde, que intuía que el rival se cerraría mucho, quería abrir el campo con un extremo puro como el ex del Borussia Dortmund, que se situó en la banda derecha. El Barça jugó con su nuevo tridente y de paso también volvió al 4-3-3.
Dembélé, quizás ya no esté tan despistado (Valverde dixit) como en los primeros días después de fichar, pero aún está adaptándose. Al equipo y al estadio. De hecho, era sólo el segundo partido como titular de Ousmane Dembélé en el Camp Nou, tras el del Juventus en la Champions. Cuando debutó en septiembre el francés era el fichaje más caro de la historia del club. Cuando redebutó ayer en enero, después de reaparecer en la Copa en Vigo el pasado jueves, resulta que ya le habían superado y le habían arrebatado el récord. Cosas del fútbol y de la llegada de Philippe Coutinho en invierno.
Y el extremo no se cortó y lo intentó desde el primer minuto. Tiene ganas de agradar. Aunque el primer regate, ante Ivi, no le salió. Y el segundo caracoleo también se lo adivinó Luna. Pero Dembélé siguió pidiendo el balón, encarando y mirando hacia la portería rival. Y, de hecho, estuvo muy cerca de marcar dos veces. Pero todavía no le ha llegado el momento de celebrar. En la primera ocasión, cuando se las prometía felices, con Oier en el suelo después de una parada a Luis Suárez, aparecieron las piernas de Luna para tapar su disparo. Como no pudo ser de cerca, lo probó de lejos, desde fuera del área, con un derechazo pero Oier puso los puños en una gran intervención. Poco a poco, por la falta de ritmo, el francés se fue apagando y, aunque en la segunda parte se cambió a la banda izquierda, acabó siendo sustituido en el minuto 66.
Si Dembélé, con 20 años, es el juguete nuevo, Javier Mascherano, de 33, es el juguete fiel, veterano y antiguo amigo favorito. En Toy Story, el francés sería el astronauta Buzz y el argentino haría el papel del vaquero Woody. Mascherano sabe que su tiempo en el Camp Nou se acaba. Le quedan 20 días de blaugrana y apura sus últimos minutos. Se irá al Hebei Fortune de China pero aún hará su último servicio al club que le fichó en el 2010 como pivote –no tuvo un buen debut en aquella derrota contra el Hércules (0-2)– y que lo convirtió en central, donde ganó dos finales de Champions y hasta marcó un gol al Osasuna... de penalti.
El Jefecito será profesional hasta el último día, aunque el espacio de animación coreó varias veces su nombre durante el partido. Ante la mirada desde el palco del seleccionador de la albiceleste, Masche no quiso pensar y no actuó como si ayer fuese su último partido. Aún no. Y eso que –por culpa de una lesión y de la eclosión de Vermaelen, que lleva 8 partidos consecutivos– no jugaba desde el 4 de noviembre. Seguro en defensa, sus pases en profundidad siguen siendo un filón. El argentino fue el origen del 2-0 con un gran pase a Sergi Roberto. Pero sin alardes. Sin pensar en su adiós. Igual que Dembélé aún no ha dicho hola, aquí estoy.
REDEBUT EN EL CAMP NOU El francés es el juguete nuevo que hay ganas por estrenar pero no acertó a marcar en sus dos ocasiones
SIN PENSAR EN CHINA El argentino, origen del 2-0, sabe que su tiempo se acaba pero será profesional hasta el último día en el Barça