A por las 28 horas
El sindicato metalúrgico reclama que los obreros puedan reducir jornada dos años
El principal sindicato alemán del sector del metal, IG Metall, ha iniciado una serie de movilizaciones para exigir entre otras cosas una jornada laboral de 28 horas que, por un plazo de 2 años, serviría para que los trabajadores atendieran situaciones personales que requiriesen de su presencia.
El potente sindicato alemán IG Metall arrancó ayer una cadena de paros en busca de un incremento salarial del 6% para los 3,9 millones de trabajadores del sector siderúrgico y electrónico, pero también –y he aquí el vuelco cultural en la demanda– para que puedan optar a una reducción de jornada a 28 horas semanales durante un máximo de dos años. Objetivo: que los obreros puedan atender situaciones familiares en periodos en que lo necesiten. Según la propuesta sindical, concluidos esos dos años el trabajador tendría derecho automático a volver a la jornada completa, que en la actualidad es de 35 horas semanales.
Las huelgas parciales de ayer, consideradas de advertencia, se realizaron sobre todo en el sector automovilístico; las secundaron unos 15.000 trabajadores de 80 empresas, entre ellas la fábrica Porsche –perteneciente a Volkswagen– en Stuttgart. La campaña de paros seguirá esta semana hasta el jueves, día en que comienzan las negociaciones del convenio colectivo en el land de Baden-Württemberg, del que Stuttgart es capital. En ese land están también las fábricas de la marca Mercedes-Benz de Daimler y de los componentes de automóvil Bosch. Las conversaciones se harán en Baviera el día 15, y el 18 en Renania del Norte-Westfalia.
La patronal del sector, Gesamtmetall, propone una subida de sueldo del 2%, y considera inviable la opción de las 28 horas semanales. La patronal estima que en torno a dos tercios de los asalariados reunirían condiciones para acogerse a esa reducción de jornada, lo cual supondría para las empresas una gran complicación administrativa, con riesgo añadido de falta de personal. Los dadores de empleo sostienen también que ese régimen podría suponer una discriminación para los trabajadores a tiempo parcial, que cobran ya un salario más reducido.
“Los trabajadores no son sólo trabajadores; tienen vidas personales, hijos, padres ancianos, todo eso tiene que ser tenido en cuenta”, dijo ayer desde la tarima de la manifestación berlinesa el patrón local de IG Metall, Olivier Höbel, informa Afp. El sindicato propone que los trabajadores que opten por la semana de 28 horas para cuidar a niños menores de 14 años, o a padres ancianos, reciban una suma adicional de 200 euros al mes. También plantean que quienes dejen por un tiempo puestos de trabajo que implican turnos y alto riesgo para la salud sean compensados con 750 euros al año. Esas compensaciones por la pérdida de salario de la nueva situación irían a cargo del empleador. Por otra parte, el sindicato basa la reclamación de subida general de sueldo del 6% en la excelente andadura de la economía alemana.
“No podemos satisfacer las demandas de aumentos salariales compensatorios”, dijo Oliver Zander, gerente de la patronal Gesamtmetall, en una entrevista con el diario Die Welt. Según Zander, “en un momento en que hay escasez de personal cualificado, sería una locura dar incentivos para reducir un volumen operativo que se necesita con urgencia”. Alemania tiene cerca de 1,1 millones de ofertas de empleo sin cubrir, y en una reciente encuesta de las Cámaras de Comercio e Industria Alemanas (DIHK), más de la mitad de las empresas mencionaron la falta de trabajadores cualificados como el mayor riesgo que afrontan sus negocios.
Si las negociaciones encallan, podría haber una huelga dura, algo inusual en Alemania, donde por ley las grandes compañías están obligadas a tener representantes de los trabajadores en los consejos de administración. Ese modelo de cogestión tiende a garantizar mayor consenso en negociaciones salariales.
Los paros de advertencia incluyen en tandas a compañías elegidas estratégicamente, como Volkswagen, Porsche, Otis y Bombardier. Hoy están convocados a la huelga obreros de 143 empresas renanas, entre ellas Lumileds –faros de automóviles de Philips–, y la ingeniera Thyssenkrupp Rothe Erde. También se esperan paros en Baviera, donde tienen su sede la automovilística BMW y la ingeniera Siemens.
Con 2,3 millones de afiliados, IG Metall es el mayor sindicato de Europa. IG Metall no ha organizado ninguna huelga nacional e indefinida desde el 2003. Ese año lo hizo para intentar que se introdujera en los länder orientales de la antigua RDA comunista la semana de 35 horas, que en la Alemania occidental se había logrado en los años ochenta con huelgas. Pero esa campaña del 2003 no funcionó, y aún hoy muchos obreros del metal del este del país trabajan 37 horas semanales.
La patronal arguye que reducir horario sería negativo para las empresas porque hay ya escasez de personal