Hora de reaccionar
El presidente quiere pactar con el PSOE pensiones, financiación y educación
El PP enfoca ya las elecciones municipales del 2019 con el objetivo de frenar el avance de Ciudadanos.
Los resultados de las elecciones catalanas dieron la señal de alarma y el Partido Popular se puso nervioso, sobre todo los barones territoriales y los alcaldes, porque los próximos comicios, los municipales y autonómicos de la primavera del 2019, les afectan. Esos mismos dirigentes del PP se quedaron frustrados cuando en el comité ejecutivo que celebraron los populares al día siguiente del 21-D, Mariano Rajoy lo achacó todo al voto útil, sin hacer autocrítica y sin analizar el ascenso de Ciudadanos, que pone en peligro muchos de los puestos que ahora tiene el PP en comunidades y ayuntamientos.
Pero las vacaciones navideñas parecen haber hecho reflexionar a Rajoy, que ayer mismo convocó para el próximo lunes una reunión de la junta directiva nacional del PP– el máximo órgano del partido entre congresos– para informar del plan de actuación del partido para preparar las municipales y autonómicas del 2019, que se resume en una movilización total, con actos y actividades en las que deberán participar todos los dirigentes, empezando por él mismo.
El análisis que hizo ayer el número tres del PP, Fernando Martínez-Maillo, al término de la reunión del comité de dirección, fue que el partido ha tenido una agenda, en los últimos meses, que ha estado marcada, en exclusiva, por Catalunya. Ahora, se pretende que Catalunya ocupe su lugar, pero que el partido pueda dedicarse a más cosas.
Rajoy dará a conocer ese lunes un “calendario muy potente e intenso”, que servirá al partido para preparar las elecciones municipales y autonómicas de 2019, y que la dirección nacional del partido pretende que sirva para frenar el ascenso de Ciudadanos que todas las encuestas le otorgan tras el triunfo en las elecciones catalanas.
Para contrarrestar esa subida, el partido del Gobierno se propone iniciar un proceso para concurrir a las elecciones “con los mejores candidatos”, tener una actividad “intensa y cercana a los ciudadanos” y demostrar que el PP es “mucho PP” y tiene “una potentísima estructura territorial” que estos meses ha estado si no paralizada –o por lo menos a media marcha– y que, en cuanto se activa, demuestra que el partido es fuerte, que puede seguir ganando citas electorales.
Hay otro elemento que los populares intentarán explotar para parar a los de Albert Rivera, que es una fuerte crítica a Ciudadanos. Lo volvió a hacer ayer Martínez-Maillo, y con un argumento, el de que el partido naranja no está preparado para ganar unas elecciones, que no es un partido de gobierno, al menos todavía, y ejemplo de ello es la actitud que ha adoptado Inés Arrimadas tras quedar primer partido en las elecciones catalanas, sin asumir el liderazgo que, a juicio de los populares, le correspondería.
Martínez-Maillo insistió ayer en que Arrimadas “debe tener la iniciativa política”, en que “se tiene que mover”, en que “tiene que mover ficha” y rectificar su falta de iniciativa desde el pasado 21 de diciembre. A su juicio, si la ganadora de las elecciones catalanas “no lidera este proceso, y no se comporta como un partido de gobierno”, lo único que demostrará es que no está preparado para gobernar o que “le tiene alergia a gobernar”. Pero las críticas a Cs no van sólo por la falta de iniciativa, sino por los cambios de posiciones en distintos temas en el Congreso de los Diputa- dos, hasta el punto que llegó a llamarle “partido del viento”, porque se mueve “dependiendo de dónde sopla”.
De todas formas, el PP relativiza el resultado de Catalunya, porque sigue pensando que no es extrapolable, y todas las encuestas siguen diciendo, subrayó el coordinador general de la formación, que sigue “ganando las elecciones”. Además, subrayó, el PP es un partido de gobierno “y tiene que centrarse en el interés general”, mientras que otros, señaló, pueden centrarse en ellos mismos. Eso sí, advirtió: “Algunos acaban muriendo de éxito”.
Sin embargo, el PP es consciente de que necesita a Ciudadanos para continuar la legislatura, y por lo menos para cumplir el que ayer mismo fijó Rajoy, en el comité de dirección, como el principal objetivo del Gobierno: la aprobación de los presupuestos generales para 2018. El PP aún lo ve posible, en cuanto haya gobierno en Catalunya, porque el PNV no quiere firmar nada mientras esté vigente el artículo 155. Pero en el PP también están convencidos de que no avalará, después, situaciones como la de Carles Puigdemont siendo investido de forma telemática.
El jefe del Ejecutivo tiene también en mente seguir con el plan de reformas con el que inició la legislatura y que el Rey reclamó en su discurso de Nochebuena. En concreto, Rajoy se ha fijado tres prioridades, entre las reformas que tenía previstas, y las tres las quiere sacar adelante con el PSOE, por la importancia de los reformas, y porque el Partido Popular sólo tiene 135 escaños. Es la reforma de las pensiones, el pacto educativo, y la reforma de la financiación autonómica y local.
El PP, el Gobierno, y más concretamente el presidente Rajoy, reiteraron ayer su oferta de diálogo, por convencimiento, y porque no tiene más remedio: “Tenemos mayoría suficiente para gobernar, pero no tenemos mayoría para hacer las reformas solos”.
Martínez-Maillo, en nombre de los populares, hizo ayer un llamamiento “al resto de los partidos y a los políticos”, para que “miren más allá del corto plazo”, y apeló también a los presidentes autonómicos en lo que a la financiación se refiere: “Se puede ir muy bien de manifestación, pero que el PSOE se siente a hablar y no paralice o boicotee el diálogo”, dijo el número tres del PP.
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