Ocio, cultura y bienestar
Quería escribir esta carta a raíz de la lectura del excelente libro La felicidad paradójica de Lipovetsky, y me he decidido después de leer el artículo de Antoni Puigverd “El ancla de la esperanza” (Religión, 7/I/2018). Ambas lecturas guardan mucha relación.
Se trata de qué es lo que nos llena actualmente: ocio superfluo, consumo, telebasura, noticieros de sucesos... Desde mi punto de vista, un camino erróneo hacia la felicidad, aunque hace poco leí un reportaje (por cierto de un economista) sobre el bienestar percibido con relación al grado de participación en eventos musicales, cine, etcétera. Lo que nos vende el marketing cultural contemporáneo. Está bien, pero ¿acaso tenemos alternativa? No, porque se trata de una dictadura cultural, y tenemos nuestra cuota de ocio ya vendida de antemano.
La cultura de la felicidad, si lo de antes falla, tenemos la alternativa de los manuales de autoayuda, de desarrollo personal y demás. Y en el peor de los casos, medicación antidepresiva. En definitiva, el sufrimiento, el aburrimiento, la tristeza, el duelo, son términos prohibidos.
El individualismo liberal tiene más normas y cadenas que las instituciones tradicionales. Sinceramente creo que nunca habíamos estado tan llenos de nada.
JULIÁN RIBAS FERRER
Barcelona