La clase media recupera peso aunque persiste la desigualdad
La renta familiar en Barcelona crece hasta los 20.800 € per cápita, un 3,1% más que en el 2015
La clase media, ese concepto tan amplio como relativo, ha sido el grupo mayoritario durante las últimas décadas en Barcelona. A día de hoy, el 47,9% de los barceloneses son considerados rentas medias, un porcentaje que se encuentra muy por debajo del 58,5% de hace una década pero el más alto desde el año 2009 y mejor que el del año pasado, cuando eran el 44,1%. Los indicadores económicos municipales apuntan que la crisis responsable del empobrecimiento de miles de familias empieza a quedar atrás aunque los estragos de los desahucios, el paro de larga duración y la precariedad siguen ahí presentes para muchos.
La renta familiar disponible bruta en la capital catalana en el 2016 fue de 20.800 euros por cápita, un 3,1% más que en el 2015, cuando era de 20.100 euros. Es el tercer año consecutivo de aumento. Los responsables del informe presentado ayer por el Ayuntamiento lo atribuyen a la trayectoria expansiva de la economía local y a la mejora del mercado laboral, con la incorporación de 34.000 barceloneses a la Seguridad Social durante el último año, un crecimiento del 3,3%, similar al del PIB.
Formar parte de la llamada clase media en Barcelona es tener unos ingresos anuales brutos de entre 16.400 y 26.200 euros por cápita. Casi la mitad de familias se enmarcan en ese grupo pero hay todavía un 35,5% de la población con rentas bajas. Por encima de las clases medias se situan un 16,6% de familias de la capital catalana consideradas rentas altas.
El abismo abierto entre los más ricos y los más pobres demuestra que hay muchas Barcelonas dentro de Barcelona. Sobre un valor 100, Ciutat Meridiana tiene un índice de 34,3 y Pedralbes de 242,4. Esto es, una persona empadronada en Pedralbes tiene siete veces la renta familiar disponible por cápita de un vecino de Ciutat Meridiana según el estudio de distribución territorial elaborado por los técnicos municipales. Aún así, la alarmante di- ferencia es una buena noticia porque se produce una tímida –muy tímida– recuperación. La diferencia entre un lugar y otro ha pasado de 7,26 en el 2015 a 7,06 en el 2016, el último año del que se conocen los datos. Y la razón no es precisamente porque los más desfavorecidos hayan mejorado
BROTES VERDES
El fortalecimiento de las rentas medias se atribuye al crecimiento de la ocupación
LIGERA MEJORA
Las familias con rentas bajas se reducen pero aún suman una tercera parte de la ciudadanía
sus condiciones económicas, sino porque los de Pedralbes las han disminuido ligeramente. Con los datos en la mano, el teniente de alcalde Gerardo Pisarello celebró que “las desigualdades se están frenando e incluso empezando a revertir”.
La reducción de dos décimas en la brecha es aún imperceptible pero que haya dejado de crecer ya es relevante. Durante ocho años seguidos había estado haciéndolo, de manera especialmente in-
tensa entre el 2009 y el 2011, luego más lentamente hasta el 2013. Desde el año pasado, por fin, “se ha dejado de ampliar la tijera”, resumió el director del gabinete técnico de programación del Ayuntamiento de Barcelona, Ramón Canal. Por pequeños que sean los movimientos, dice Canal, “la reducción de la distancia entre los extremos apunta a una mejor distribución de la renta”. Pese a ello, alerta de que es un avance tan modesto que hará falta esperar al año que viene para comprobar si realmente es un cambio de tendencia que se consolida.
En el mapa no hay sorpresas: los barrios con más necesidades se concentran en el eje Besòs, en el distrito de Nou Barris, mientras que los que más dinero tienen pertenecen a Sarrià-Sant Gervasi. Dejando de lado la diferencia entre los dos extremos, si que es cierto que en la parte baja se ven ciertos avances. De los trece barrios que forman el distrito de Nou Barris, siete de ellos mejoran sus resultados y uno lo mantiene frente a cinco que los empeoran. Además, los barrios en los que la renta media es inferior al 50% del conjunto de la ciudad (10.400 euros) pasan de ocho a cinco. El Camp de l’Arpa, la Barceloneta y Montbau ascienden de categoría en el informe y pasan de ser renta baja a ser considerados media baja. Los cinco barrios con una renta familiar más pobre suman algo más de 30.000 habitantes, un 1,9% del total de residentes de la ciudad, la mitad que en la edición anterior del estudio elaborado anualmente desde el 2007. Hasta entonces el estudio se realizaba por distritos y no se apreciaban detalles como que el de Sant Martí contiene grandes desigualdades en sus barrios. La renta disponible en la Vila Olímpica es tres veces la de los vecinos del Besòs y el Maresme.
Si hubiera que marcar en un punto del mapa esa clase media que queda entre los dos extremos de la ciudad, el barrio de la Vila de Gràcia sería el lugar más cercano a los valores intermedios según el indicador teórico a partir del cual se define la renta familiar disponible, resultado de diversas variables como la tasa de paro, el nivel de estudios de la población, la evolución y potencia del parque de turismos y los precios del mercado residencial de segunda mano. Pese a ello, los responsables del estudio prefieren no entrar a realizar un retrato robot del barcelonés medio a partir del estudio presentado.
Sea como sea, la brecha abierta entre barrios pone en evidencia la importancia de realizar más acciones para atajar las desigualdades. Gerardo Pisarello defendió ayer que el Ayuntamiento “está haciendo más de lo que le corresponde” y recordó la inversión municipal de 50 millones de euros este año y más de 60 en el 2019 para ejecutar el plan de barrios, una de las medidas estrellas del gobierno de Ada Colau que busca mejorar las zonas más desfavorecidas de la ciudad. La mayoría de barrios con un nivel de renta familiar más baja se verán beneficiados del plan de actuación municipal
Las desigualdades entre barrios se frenan tras ocho años de crecimiento
El Ayuntamiento reclama inversiones a Generalitat y Gobierno para mejorar los barrios
para el que la concejal Gala Pin pedía la semana pasada la implicación del futuro gobierno de la Generalitat con la intención de poder dotar de más presupuesto al proyecto. En la misma línea, Gerardo Pisarello aprovechó la presentación del informe sobre renta familiar disponible para pedir la ayuda del Gobierno central. “Que cumplan con sus obligaciones de financiación local y autonómica”, reclamó el teniente de alcalde de Economía y Trabajo tras poner de relieve el gasto de 240 millones de euros en aspectos como vivienda y promoción económica que asume el Consistorio y deberían ir a cargo del Ejecutivo de Mariano Rajoy.