Distensión entre las dos Coreas
Pyongyang y Seúl acuerdan mantener conversaciones militares
La distensión, con prudencia, cotiza al alza desde ayer en la península coreana. En una reunión excepcional celebrada en la fronteriza localidad de Panmunon, representantes de Pyongyang y Seúl acordaron entablar conversaciones militares y que sus atletas desfilen bajo una misma bandera en los Juegos Olímpicos de invierno que se celebrarán en febrero en la ciudad surcoreana de Pyeongchang y a los que el régimen de Kim Jong Un se ha comprometido a enviar una delegación. Se trata de un importante giro tras un año dominado por los lanzamientos de misiles norcoreanos y un intercambio de amenazas bélicas entre Corea del Norte y EE.UU.
El ministro surcoreano de Unificación, Cho Myung Gyon, y el responsable de la delegación norcoreana, Ri Son Gwon, cumplieron con hechos los comentarios de conciliación que habían realizado antes de reunirse en Panmunjon en una cita de alto nivel que no se realizaba desde diciembre del 2015. “Ofrezcamos a la gente un precioso regalo para el Año Nuevo”, dijo Ri. “La gente desea ardientemente ver al Norte y al Sur avanzar hacia la paz y la reconciliación”, le respondió Cho, según la agencia Yonhap. Unas declaraciones que sugerían una atmósfera de cordialidad poco habitual en este tipo de citas.
Las conclusiones de la reunión no desmerecieron los comentarios. Incluso fueron más allá de lo inicialmente esperado, que era un acuerdo para que una delegación norcoreana participe en las olimpiadas de invierno que tendrán lugar en Pyeongchang entre los días 9 y 25 de febrero.
Al término del encuentro de Panmunjon, en la militarizada frontera intercoreana, el régimen de Kim Jong Un aceptó la propuesta de Seúl de llevar a cabo conversaciones militares con el objetivo de atenuar la tensión fronteriza, según un comunicado conjunto emitido tras la reunión. Una iniciativa que Corea del Sur lanzó en julio del pasado año y Pyongyang había ignorado.
También anunciaron la reapertura de una línea de comunicación militar entre ambas capitales en la región de la costa oriental de la península coreana, interrumpida desde el 2016, y la voluntad de mantener reuniones de alto nivel para activar la cootaekwondo. peración y los intercambios en otras áreas, aun por determinar.
Y el régimen norcoreano respondió asimismo de forma afirmativa a la invitación de Seúl para participar en los Juegos de Pyeongchang y que las delegaciones de los dos países desfilen juntas en las ceremonias de inauguración y clausura de este evento deportivo. Pyongyang se comprometió a enviar una amplia delegación integrada por atletas, funcionarios de alto rango, un equipo de animadoras, otro de artes escénicas y un tercero de Un gesto de distensión que hace más de una década que no se repite, ya que la última vez que los atletas de ambos países desfilaron juntos en un evento olímpico fue en los juegos invernales de Turín del 2006
El consenso, sin embargo, no ha sido fácil y ha estado precedido de numerosas señales de conciliación. El presidente surcoreano, Mun Jae In, indicó en su día que deseaba que Pyeongchang2018 fueran los “Juegos de la
DIPLOMACIA DEPORTIVA El Norte enviará atletas a los JJ.OO. de invierno que se celebrarán en el Sur
UNA REUNIÓN SIMBÓLICA La cita de Panmujon constituye el primer diálogo formal en más de dos años
Paz” y gestionó el aplazamiento de las maniobras militares que surcoreanos y estadounidenses realizan en primavera y que Pyongyang interpreta como el preludio de una invasión de su territorio. Un gesto aplaudido por Pekín y Moscú.
Kim Jong Un también tendió la mano en un inusual discurso conciliador de Año Nuevo. El líder norcoreano deseó lo mejor para los surcoreanos en los Juegos de Invierno y planteó la necesidad de que las dos Coreas intensificaran sus lazos. Una iniciativa muy distinta de la que adopto su abuelo, Kim Il Sung, que decidió boicotear los Juegos de Seul de 1988 y ordenó derribar un avión de Korean Air, con 115 personas a bordo, en 1987, para persuadir a la gente de que no asistiera a aquellos juegos.
Quedan aun muchos detalles por cerrar para que los atletas norcoreanos puedan participar en este evento deportivo. Entre otras cosas el permiso del Comité Olímpico Internacional (COI) para que los atletas puedan participar, ya que los plazos de inscripción están cerrados. El COI, sin embargo ha sugerido su predisposición a colaborar, incluso con una pareja de patinadores que habían obtenido la calificación y Pyongyang no quiso registrar en su día.
A cambio, el Norte ha sugerido que el Sur alivie las sanciones económicas y que se haga cargo de los viajes y alojamiento de su delegación. Unas iniciativas que podrían contar con el beneplácito de la ONU pero que pueden suponer una brecha entre Seúl y EE.UU., partidarios de la máxima presión sobre Pyongyang.