Rohani achaca las protestas a la falta de libertades
El presidente de Irán habla de problema generacional
Las protestas en Irán parecen haber remitido, pero ahora proliferan las explicaciones sobre los motivos que habrían llevado a miles de personas en más de 80 poblaciones del país a salir a las calles, aparte del descontento por la situación económica. Mientras el líder supremo, Ali Jamenei, acusó ayer de nuevo a los enemigos de Irán de estar detrás de la movilización popular y de intentar utilizarla para derrocar el régimen, el presidente Hasan Rohani habló de la falta de libertades como uno de los principales detonantes.
“El problema es que queremos que dos generaciones después de la nuestra vivan de la misma manera que nosotros”, dijo el presidente, señalando una vez más al campo radical como responsable de la falta de reformas sociales y de mayor libertad que piden los iraníes, especialmente los jóvenes. “La gente tiene demandas, algunas son económicas, otras sociales y otras relacionadas con la seguridad, y todas ellas deben ser escuchadas”, aseguró Rohani, quien consideró una ofensa a la población pensar que se puede comprar su vida y su libertad con dinero. Al presidente se le acusa desde varios sectores de no haber llevado a la práctica las promesas económicas y sociales que hizo cuando fue elegido por primera vez, en el 2013.
Ayer se supo que dos de los detenidos durante las protestas han muerto en prisión y según las versión oficial se habrían suicidado, algo que muchos ponen en duda recordando los abusos en los centros de detención tras las movilizaciones del 2009.
Uno de los jóvenes fallecidos ha sido identificado como Sina Gabari, de 22 años, quien murió en la cárcel de Evin, en Teherán. Su muerte ha despertado una ola de reacciones en el país, entre ellas la de algunos políticos que aseguran que sería un gran error volver a caer en los mismos abusos del 2009. Desde que se conoció la noticia de su muerte miles de personas se han volcado proetstando en las redes sociales con la etiqueta @Theykilledsina (ellos mataron a Sina).
Otro de los detenidos, de quien no se conoce el nombre, habría fallecido en la cárcel de Arak, en el centro del país. “Hay evidencia en el cuerpo que muestra que el hombre fue apuñalado. Sin embargo, las imágenes del momento en que se suicidó están disponibles”, dijo a la prensa local Abas Qasemi, fiscal de Arak, que trató de justificar el supuesto suicidio con el argumento de que el joven tenía un historial de consumo de drogas.
Durante las protestas –que comenzaron el 28 de diciembre en la segunda ciudad del país, Mashad, y que rápidamente se extendieron por el país– fallecieron un total de 22 personas, entre ellas algunos integrantes de las fuerzas de seguridad, y hubo unos 3.700 detenidos, según las cifras publicadas por el parlamentario reformista Mahmoud Sadeghi.
“Tenemos que separar a la gente honesta con demandas correctas de las motivaciones salvajes y vándalas de ciertos grupos”, aseguró ayer en Qom el líder supremo, quien subrayó que Irán ha conseguido desbaratar el intento de sus enemigos exteriores de utilizar las protestas para acabar con la República Islámica. Jamenei acusó a Estados Unidos y a Israel de urdir ese plan, a los “ricos países” del Golfo de aportar el dinero. y a la organización opositora de los Mojahedin e Khlaq de ayudarlos.
Muchos en Irán temen que las protestas den paso ahora a un mayor control de internet, tal como ha sugerido el director del sistema judicial, Sadeqh Amoli Larijani. “No significa bloquear internet o las aplicaciones de mensajería, pero esos espacios deben ser regulados”, dijo Larijani.
El líder supremo Ali Jamenei acusa a Estados Unidos y a sus aliados de intentar derrocar el régimen