La televisión que quita el sueño
La lucha por la audiencia lleva hasta altas horas programas con público infantil y juvenil
Setenta y dos son los minutos que, empezando a contar desde los años noventa, se ha retrasado el inicio del prime time en las televisiones públicas y privadas españolas. Más de una hora que supone que los programas acaban cada vez más tarde empujando a muchos a acostarse a horas intempestivas. Este era el debate que se extendía ayer en las redes sociales, después de que Operación Triunfo finalizase pasada largamente la una de la madrugada en un programa que atrae a todos los públicos, y especialmente a jóvenes y adolescentes.
Varias cuestiones van de la mano en el debate sobre los horarios televisivos españoles y catalanes, entre los que se mezcla también este paulatino retraso de algunos programas que quieren ver niños y adolescentes porque precisamente están protagonizados por ellos. La peculiaridad horaria del país, con largas jornadas laborales y una contundente pausa al mediodía explican en parte este noctambulismo televisivo, pero deben sumarse otros factores fundamentales. El problema es también, señala Roger Loppacher, presidente del Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC), “la disputa por el share (porcentaje de audiencia) en una franja muy deseada por motivos publicitarios”. La búsqueda de audiencia, señala, incluyendo expresamente a adolescentes y jóvenes está detrás de estos horarios que no sólo empiezan tarde sino que duran mucho. Hoy mismo se emite el final de la quinta edición de MasterChef Junior, que empieza a las 22 horas y acabará más allá de la una de la madrugada.
José Miguel Contreras, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos, realizó en el 2016 un estudio en el que analizaba las causas de este retraso horario de la parrilla desde principios de los noventa, que sitúa la decisión de Televisión Española de trasladar el inicio del telediario de las 20.30 horas a las 21 horas tomada en 1992. Un contexto en el que la irrupción de las televisiones privadas era reciente, y la competencia estaba servida.
Se iniciaba también la lucha por el espacio posterior al informativo (el acces prime time) y empezaron a entrar en el país los programas macroformatos basados en los concursos, difíciles de financiar si no se alargan en el tiempo.
La crisis, además, ha dejando durante unos años en la cuneta los
CADA VEZ MÁS NOCTÁMBULA Desde los noventa, el inicio del ‘prime time’ en España se ha retrasado 72 minutos
antiguos programas tipo late night show por una cuestión de costes económicos, programas ya pensados para un determinado público y con un inicio tardío. De esta manera se empujaba a alargar y retrasar los programas previos, para abaratar costes y no perder share. Y no es que a ultimísima hora haya más gente viendo la televisión, sino que prima el sumarlo todo.
El debate hace tiempo que está en la agenda política y social, se han planteado las medidas para corregir lo que se considera una anomalía horaria pero, de mo-
LOPPACHER, PRESIDENTE DEL CAC “Para racionalizar la situación se debe pactar el avance del telediario”
mento, el mercado sigue mandando. “Los intentos que ha habido de racionalizar la situación, que pasan indefectiblemente por avanzar el informativo de la noche –indica Loppacher–no se han podido llevar a cabo precisamente por la dificultad de consensuar la operación entre todos los agentes. Sólo si todas las televisiones, incluidas las privadas, adelantan el citado informativo podremos llevar a cabo la labor de cambiar los absurdos horarios que hoy tenemos”. El pasado mes de junio, a instancias del PP, el Senado aprobatido baba una moción en la que se instaba al Gobierno a avanzar la emisión de los espacios estrella de la noche y en esta línea el PP ya había señalado que el prime time debería acabar a las 23 horas. Pero la moción allí se ha quedado.
También en Catalunya se ha de- los últimos años al respecto en el seno de la Reforma Horària, y, aunque haya quedado aplazada, su formulación es clara y la proposición de ley que se esbozó en el Parlament indica que se debe establecer como “hora punta de programación la franja horaria de las 20 horas va las 23 horas”, y se explicitaba que esto debe de ser aplicable a todos los operadores que utilizan el espectro radioeléctrico al amparo de una licencia otorgada por el CAC.
Pero el dinero y la competencia siguen mandando. El pasado octubre se decidió retrasar la emisión de Operación Triunfo a las 22.30 horas para evitar competir durante un rato con los programas más vistos en el denominado
acces prime time, como El Hormiguero y El Intermedio.
Una búsqueda de audiencia que, como se señala desde el CAC, persigue también captar a los más jóvenes. Los programas con chavales son un éxito, comentaba el analista de televisión Borja Teran, en un momento en el que paradójicamente apenas existen programas de televisión pensados específicamente para los niños, más allá de las consabidas series.
Si estos programas quieren dirigirse a un público infantil, recuerda Loppacher, se ha de emitir dentro del horario protegido, que es hasta las 22 horas. Más allá suponen un riesgo para la salud, indica, y para el rendimiento escolar.