Junqueras podrá delegar su voto en el Parlament
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Oriol Junqueras no va a salir por ahora de prisión, pero podrá ejercer sus derechos de participación política delegando su voto en otro diputado del Parlament. Así lo decidió ayer el magistrado instructor de la causa del 1-O, Pablo Llarena, al resolver el escrito que había presentado el exvicepresidente de la Generalitat para pedir el traslado a una prisión de Catalunya y poder asistir a la Cámara como diputado electo el 21-D. El exconseller de Interior Joaquim Forn y el expresidente de la ANC Jordi Sànchez, también elegidos en estos comicios, podrán acogerse a la misma fórmula.
El juez del Supremo no accede a las peticiones principales de Junqueras, pero indica el camino para que los diputados encarcelados no queden privados de su derecho a tomar parte en las votaciones de la Cámara catalana, comenzando por la sesión constitutiva de la Cámara y la del debate de investidura.
En este sentido, subraya que “cualquier limitación derivada de la privación de libertad en la que se encuentran los investigados no puede suponer la modificación de la aritmética parlamentaria configurada por las voluntad de las urnas”. Otra cosa es que esa modificación la provoquen los diputados electos que se han marchado y permanecen en Bruselas.
La fórmula dispuesta consiste en permitir que el investigado haga uso de la posibilidad legal de delegar su voto en otro diputado. Llarena se apoya en el artículo 93.2 del reglamento del Parlament, que prevé que los diputados pueden delegar su voto en caso de “incapacidad prolongada debidamente acreditada”. El juez estima que la situación de Junqueras, como preso preventivo, encaja con esta previsión, y le remite a la Mesa de la Cámara para que esta arbitre, si el interesado lo solicita, “el procedimiento” concreto para dicha delegación, “mientras
subsista su situación de prisión provisional”. El auto no pone límites a las votaciones en que los investigados podrán participar. Lo más probable es que los investigados deleguen su voto en el portavoz parlamentario de su grupo.
En cuanto a los motivos por los que el juez deniega las peticiones iniciales de Junqueras, ha tenido un peso trascendental la hipótesis de que hubiera incidentes relacionados con la presencia de los investigados en el Parlament. El juez razona en este sentido que existe “la posibilidad de que su liderazgo volviera a manifestarse con movilizaciones ciudadanas colectivas violentas y enfrentadas al marco legal de nuestra convivencia”.
Lo que el magistrado le recuerda Junqueras es que cuando ostentaba sus anteriores “funciones de representación” como vicepresidente de la Generalitat se produjo el “comportamiento delictivo que se investiga”, caracterizado “no sólo por desatender cuantas órdenes judiciales se les han dirigido, sino por llamar a la ciudadanía a replicar masivamente su desobediencia”. Todo ello se hizo incluso con “una explícita jactancia de su determinación y perseverancia”. Y añade que
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“el sustrato de riesgo subsiste hoy, se visualiza tanto por un extendido apoyo social a los investigados que han huido del ejercicio jurisdiccional de este instructor, como por haberse impulsado movilizaciones de decenas de miles de ciudadanos que rechazan explícitamente las medidas cautelares adoptadas en este proceso”.
El Supremo ha temido que la conducción de Junqueras, Forn y Sànchez al Parlament para votar diera lugar a nuevas concentraciones con repercusiones de orden público. Lo deja muy claro el magistrado cuando afirma en su resolución que no tiene la seguridad de que el traslado de todos ellos desde la cárcel al Parlament pudiera producirse “con la garantía que reclama el mantenimiento de la pacífica convivencia”.
Forn y Sànchez volvieron a pedir ayer su puesta en libertad. El primero explica que niega haber puesto a los Mossos al servicio del independentismo, y el segundo asegura haber aceptado la Constitución.