En el purgatorio
ESTÁ ya en las librerías un compendio de artículos de Gaziel publicados en el diario madrileño El Sol, titulado ¿Seré yo español? (Península). Son escritos de entre guerras, en plena dictadura de Primo de Rivera. Lo interesante de Gaziel es que siempre puede ser leído con una mirada contemporánea. Eso es así por su intuición premonitoria y por la capacidad de los catalanes de repetir errores. En cualquier caso, resultan una constante invitación a la reflexión. Uno de esos artículos lo tituló Catalunya en el purgatorio, que según Dante es un camino de redención.
Nos advierte el autor en 1925 que Unamuno tenía razón cuando decía que los catalanes solemos gastárnoslo todo en fachada, pero añade que también nos pierde el exceso de retórica. “Un exceso de fachada y un empacho de retórica en manera alguna equivalentes a la solidez interior del edificio, ni a la realidad de los hechos; estas han sido las dos graves faltas, los dos pecados de la Catalunya contemporánea. Incluso los más impenitentes y los más culpables lo reconocen hoy, por lo menos en la intimidad”. Escuchando a algunos líderes del proceso independentista, que ahora recomiendan poner pausa y rectificar discursos, se podría pensar que estas reflexiones lejanas mantienen plena actualidad. La retórica era escasamente realista y la fachada, poco sólida.
Gaziel escribe que “cuando salga del purgatorio, adonde la arrojaron sus errores y pecados de los últimos años, el alma purificada de Catalunya será más bella, más fuerte, más experimentada y más influyente”. El periodista añade que, llegado este momento, sólo faltará –en ese sólo se encierra el gran problema futuro– que “el alma catalana sea tratada, lo mismo dentro que fuera, como algo mucho más complejo y delicado de lo que creyeron los que la manosearon a tontas y a locas”. La mejor noticia sería reducir ahora el paso por el actual purgatorio. Se requerirá complejidad en los planteamientos y delicadeza en las formas. Gaziel, todavía.