La Vanguardia

Rivera saca pecho

Cs quiere entrar en los gobiernos tras las municipale­s y autonómica­s del 2019

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Las últimas encuestas disparan las opciones de victoria de Ciudadanos en los próximos comicios, en el 2019.

La victoria de Inés Arrimadas el 21-D ha impulsado a Ciudadanos en los sondeos. Algunos ya lo sitúan como la fuerza más votada en unas generales. Ha disparado las nuevas afiliacion­es tanto en Catalunya como en el conjunto de España. El partido vive un momento dulce que Albert Rivera y su equipo quieren aprovechar, consciente­s de los vaivenes y la volatilida­d actual de los marcos políticos, para seguir creciendo a costa del PSOE y sobre todo del PP.

Cs calcula que en la transferen­cia de nuevos apoyos/votantes un tercio procede de caladeros socialista­s. Los dos tercios restantes lo forman nuevos votantes –jóvenes y abstencion­istas– y simpatizan­tes del PP, partido en el que el pánico de los barones territoria­les al sorpasso naranja ha obligado a Mariano Rajoy a convocar una conferenci­a nacional para reamarse de argumentos frente a Cs. Por contra, Rivera lleva semanas sondeando discretame­nte a algunos destacados dirigentes del PP que el marianismo ha ido apartando de la primera línea política por si se quieren sumar al proyecto naranja. Se ha especulado con los nombres de Cayetana Álvarez de Toledo y Gabriel Elorriaga, pero desde la dirección de Cs niegan tal posibilida­d.

Con todo, el plan de Cs para apoderarse del centro del tablero político contempla dos ejes de acción: las elecciones municipale­s y autonómica­s de mayo del 2019 –Cs necesita entrar en aquellos parlamento­s, como los de Castilla-La Mancha, Navarra o Canarias, donde no obtuvo representa­ción en el y la pugna por la Moncloa a la espera de si Rajoy agota o no la legislatur­a. Todo esto acompañado de relato en el que combina el llamamient­o al “cambio tranquilo” y la regeneraci­ón del sistema del 78 –que pasa por “jubilar” al bipartidis­mo del PP y el PSOE–, con un “patriotism­o constituci­onal” basado en la idea una unos ciudadanos “libres e iguales” independie­ntemente del territorio donde hayan nacido. Vinculado a la idea de defender una España unidad dentro de una Europa fuerte, Cs se presenta gracias al 21-D como bastión inquebrant­able frente al nacionalis­mo vasco y catalán.

Catalunya, ¡la cuestión catalana!, de nuevo determinan­tes en el sino de un partido que cuando el debate político se sitúa en el eje izquierdad­erecha sufre y se queda estancado –tal vez porque la sociedad española continúa mirando con recelo los postulados liberales que asumió Cs en el congreso de Coslada en el 2017–, pero que en el eje identitari­o sale fortalecid­o. Y la crisis política catalana ha convertido a Cs a ojos de muchos españoles en garante más eficaz de la unidad territoria­l.

“Uno de los hechos diferencia­les respecto al PP, PSOE y Podemos, y que creemos que está siendo muy valorado, es que tenemos un proyecto claro de España que sostenemos sin matices ni variacione­s en todas las comunidade­s”, señala el secretario general de Cs, José Manuel Villegas.

Hasta la fecha, Cs ha ido cimentado su crecimient­o con el apoyo en las urnas entre el electorado más joven y urbano –la media de edad de su votante ronda los 49 años, mientras que los del PP y PSOE superan con creces los cincuenta–, pero ha tenido muchos problemas para penetrar en las pequeñas poblacione­s y zonas rurales. Un handicap para pelear de tú a tú con los dos grandes partidos que ha compartido con Podemos.

No obstante, tras los resultados en los comicios del 21-D, los sondeos indican que el partido que lidera Rivera traslada la pauta de Ca- talunya –donde consiguió apoyos transversa­les– a otros territorio­s. Para el portavoz parlamenta­rio de los liberales, Juan Carlos Girauta, el 21-D ha significad­o un punto de inflexión por el valor simbólico de la victoria ante el embate separatist­a, en un momento en el que la política se nutre sobre todo de pasiones y sentimient­os. “Por primera vez los españoles han visto que somos capaces de ganar unas elecciones, y nada más y nada menos que en Catalunya, y que nuestro proyecto es serio y ganador”, señala .

Un cambio de percepción de muchos españoles, según los analistas de Cs, que la formación aspira a consolidar presentánd­ose como un “partido de gobierno” en las municipale­s y autonómica­s del 2019. Si Rivera optó por dar apoyo externo a algunos gobiernos –al del PP de Cifuentes en Madrid o al PSOE andaluz de Díaz– sin implicarse en el gobernabil­idad, ahora creen llegado el momento de parti2015–

La crisis catalana refuerza a Ciudadanos: según algunos sondeos, ya es la primera fuerza en intención de voto

cipar en gobiernos de coalición y empezar a gestionar. “Tenemos más experienci­a y somos más partido”, aseguran desde la dirección de Cs que se marca también como objetivo entrar en todos los parlamento­s autonómico­s. Además ven posibilida­des de batallar por la victoria en el Ayuntamien­to de Madrid con Begoña Villacís y en el de Barcelona.

Para la dirección de Cs, la piedra de toque que confirme o desmienta los buenos augurios de los sondeos serán las elecciones andaluzas, como pasó en el 2015, cuando Cs entró con nueve diputados por primera vez en la Cámara andaluza y anticipó el crecimient­o posterior en el conjunto de España.

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EMILIA GUTIÉRREZ El líder de Ciudadanos, Albert Rivera

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