Trump rubrica el pacto nuclear iraní pero advierte que es la última vez
EE.UU. exige que se “reparen las deficiencias” o adoptará un castigo unilateral
Los europeos dicen que Teherán cumple y que Trump no ofrece una alternativa mejor
Washington pone más sanciones por los misiles y la represión de las protestas
Siempre queda el recurso de la amenaza y la pataleta. Estados Unidos anunció ayer que mantiene el pacto nuclear con Irán, al menos por cuatro meses.
“Es la última vez que el presidente pone su firma”, señalaron portavoces oficiales en conferencia de prensa telefónica.
Mientras los aliados europeos defienden el pacto del 2015 y aseguran que Teherán cumple los requerimientos, Trump ofreció un margen de 120 días para que los otros se lo replanteen.
Su condición es que se fijen unas condiciones más duras –dictadas por Washington– o bien Estados Unidos se retirará del pacto internacional e impondrá sanciones por su cuenta.
En paralelo y al margen del acuerdo, el Departamento del Tesoro estableció nuevos castigos –en la lista había 100 individuos y ayer sumaron otros 14– de cara a presionar para que los dirigentes iraníes renuncien a experimentar con el lanzamiento de misiles balísticos y como respuesta a la represión del Ejecutivo iraní a las recientes protestas.
No es ninguna novedad que al presidente de EE.UU. le provoca irritación firmar la exoneración de un país que considera como un peligro desestabilizador en Oriente Medio. En su comunicado enfatizó su disgusto.
“Hoy mantengo suspendida la aplicación de ciertas sanciones nucleares, pero lo hago sólo para que nuestros aliados europeos accedan a reparar algunos defectos terribles de este pacto”.
Dicho esto, en su comunicado reiteró: “Esta es la última oportunidad. En ausencia de esta reparación, Estados Unidos no continuará en el acuerdo y nos retiraremos de inmediato”.
El Congreso estadounidense exige que el presidente decida cada cuatro meses si mantiene activo un mecanismo que suspende temporalmente las represalias a Irán por su programa nuclear. Según el pacto del 2015, estas sanciones quedarían anuladas de forma permanente en un periodo de diez años. Esta es una de las enmiendas que pide Trump, que ese castigo no tenga caducidad.
El presidente de Estados Unidos ya amenazó en octubre, en la anterior certificación, con retirarse si no se corregían las supuestas deficiencias, ya fuera mediante negociaciones con los otros seis países firmantes o de forma unilateral, a través de la legislación en el Congreso estadounidense.
Ante la negativa de los otros socios a renegociar, los que buscaban una enmienda confiaban en que los legisladores intervinieran para apaciguar a Trump antes de que llegara otra fecha límite.
Pero el Congreso no actuó, y dos senadores, el republicano Bob Corker y el demócrata Ben Cardin, presionaron a la Casa Blanca para que ratificara de nuevo el pacto y darles tiempo para aprobar un proyecto de ley.
“Nadie debería dudar de mi palabra”, advirtió ayer en su comunicado. “Llamo a los países clave de Europa a unirse a Estados Unidos en la reparación de estas significativas deficiencias, para contrarrestar la agresión iraní y dar apoyo al pueblo de Irán. Si otras naciones fallan durante este tiempo, acabaré con el acuerdo. Aquellos que, por la razón que sea, elijan no trabajar con nosotros, se pondrán al lado de las ambiciones nucleares del régimen iraní, y en contra de su gente y de los países pacíficos del mundo”.
Los europeos, bajo los parámetros de la organización de control nuclear que en la ONU revisa la aplicación, sostienen que Teherán sigue las pautas establecidas y facilita el acceso a los investigadores. Sin embargo, la Casa Blanca replica, como una de las condiciones, que Irán permita “el acceso inmediato a los inspectores en todos los enclaves”. En Europa contestan que EE.UU. no ofrece alternativa mejor al pacto.