Nuevo récord aeroportuario
UN nuevo récord de pasajeros se ha registrado en el 2017 en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, con un aumento del 7,1%, hasta un total de 47,3 millones de personas. Este logro se ha registrado pese a haber sido uno de los años más difíciles para Barcelona como destino comercial y turístico a causa de las huelgas en los controles de seguridad, los atentados yihadistas en la Rambla y Cambrils durante el mes de agosto y la baja de reservas hoteleras en el cuarto trimestre como consecuenciade la tensión política vivida en Ca tal un ya. Es, por tanto, un dato notable que hay que valorar.
La mejora del tráfico aéreo, en cualquier caso, ha sido general en España, al amparo del espectacular balance turístico que ha registrado el país y de la recuperación económica interior, ya que han aumentado tanto los vuelos internacionales como los nacionales. El conjunto de los aeropuertos de la red Aena cerró el año pasado con 249,2 millones de pasajeros, un 8,2% más que el año anterior, lo que supone también un récord histórico.
El aeropuerto de Madrid-Barajas, pese a haber crecido a un ritmo del 5,9%, inferior al de Barcelona-El Prat, todavía sigue a una distancia de seis millones de pasajeros anuales más. La histórica competencia con el aeropuerto madrileño se mantiene en desigualdad de condiciones, ya que el aeropuerto barcelonés no ha logrado la autonomía de gestión que la Generalitat y la sociedad catalana pretendían, objetivo imposible de lograr ya desde que Aena se privatizó.
El acierto de la estrategia de crecimiento seguida por el aeropuerto de Barcelona, sin embargo, es innegable. A la atracción de la capital catalana como primer destino turístico español y como ciudad de ferias y congresos, se suma la apuesta hecha en su día por las líneas aéreas de bajo coste, que han sido las grandes ganadoras de la liberalización del sector, así como la búsqueda constante de más rutas, tanto europeas como intercontinentales. El exitoso balance de todo ello ha supuesto un incremento del tráfico del 56% en el último decenio.
Lo importante para el aeropuerto de Barcelona es no bajar la guardia, consolidar las posiciones logradas y seguir con el cumplimiento de objetivos de futuro ambiciosos, como la constante mejora de las conexiones internacionales, especialmente con Asia. Las importantes inversiones realizadas en las nuevas pistas y terminales tienen su límite en 55 millones de pasajeros, cifra que se puede alcanzar más pronto de lo previsto y que obliga a pensar y planificar desde ya mismo la ampliación de las actuales terminales y la mejor solución para poder disponer de una cuarta pista. No hacerlo podría llegar a asfixiar el potencial de crecimiento del aeropuerto barcelonés.