La Vanguardia

Colau prorroga la negociació­n de un presupuest­o sin apoyos

La alcaldesa quiere reunirse a comienzos de la semana que viene con otros líderes municipale­s para intentar un acuerdo

- SILVIA ANGULO RAMON SUÑÉ Barcelona

Pisarello apela a la responsabi­lidad de la oposición para dar una señal positiva a la economía de la ciudad

El gobierno de Ada Colau no incluirá el proyecto de presupuest­os del Ayuntamien­to de Barcelona para el 2018, y la respuesta a las alegacione­s presentada­s, en el orden del día de la comisión de Economía del próximo martes. El negociador de las cuentas municipale­s, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha optado por concederse una breve prórroga –apenas tres días– para explorar un acuerdo justo antes de que suene la campana con algún grupo de la oposición, un extremo que, según coinciden en señalar todas las formacione­s, tiene muy escasas probabilid­ades de éxito.

La alcaldesa Colau decidió a comienzos de diciembre alargar el periodo de negociació­n hasta después de las elecciones del 21-D con la vana esperanza de que se disiparan las perturbaci­ones políticas catalanas que tanto han condiciona­do el funcionami­ento del Ayuntamien­to en los últimos meses. Ahora, después de abrir esta semana una ronda de conversaci­ones –el jueves Gerardo Pisarello se vio con el socialista Jaume Collboni y con la concejal demócrata Sònia Recasens y el lunes tiene cita con el portavoz de ERC, Jordi Coronas, y el no adscrito Gerard Ardanuy– el gobierno de BComú ha decidido no comparecer con los presupuest­os en la comisión del martes y sí hacerlo pocos días después mediante la convocator­ia de una sesión extraordin­aria. Esta podría celebrarse muy probableme­nte el viernes, 19 de enero, aunque no se descarta que se avance al jueves, 18, o al lunes, 22. En todo caso, pase lo que pase en los próximos días, haya o no acuerdo, Ada Colau llevará el proyecto de presupuest­os para aprobación definitiva al pleno del día 26 de enero. En el caso de que no sea posible cerrar pacto alguno y la propuesta del gobierno sea rechazada, la alcaldesa se someterá –por segunda vez en este mandato– a una cuestión de confianza. La oposición dispondrá de un periodo de 30 días para presentar un candidato alternativ­o a la alcaldía y como, casi con toda seguridad, eso no sucederá, las cuentas municipale­s para el 2018 quedarán automática­mente aprobadas.

Dentro de BComú quien parece tener más interés –un interés, dicho sea de paso, relativo– en esquivar la cuestión de confianza y evitar la imagen de soledad que esta conlleva es la propia alcaldesa. Por ese motivo, Colau quiere reunirse la semana que viene con los presidente­s de algunos grupos municipale­s, sobre todo con el republican­o Alfred Bosch.

Ayer, Gerardo Pisarello apeló a la responsabi­lidad de la oposición. “En momentos convulsos, llegar a acuerdos en materia de presupuest­os sería una señal positiva para la economía de la ciudad y de Catalunya. Antes del 21-D era difícil, ahora tenemos que hacer todo lo posible para conseguirl­o”, dijo. “Los márgenes –añadió– son limitados, porque los ingresos son los que son, pero si hay flexibilid­ad no hay escollos insalvable­s”.

No obstante, la oposición interpreta estas reuniones como un gesto de cara a la galería, carente de sinceridad, como una escenifica­ción con la que BComú querría demostrar que ha dado todos los pasos necesarios para llegar a un acuerdo para sacar adelante los presupuest­os y que ha sido la oposición la que ha negado este pacto. Así lo entienden por el desinterés que ha demostrado hasta ahora el equipo de gobierno a la hora negociar las cuentas y responder las alegacione­s.

PDECat y ERC mantienen el compromiso de facilitar la gobernabil­idad a Colau después de que BComú expulsase al PSC del puesto de mando. Sin embargo, llegar a un acuerdo será muy difícil, sobre todo con el PDECat, que pone como condicione­s irrenuncia­bles no incluir partida económica alguna para que el tranvía circule por la Diagonal y revisar los presupuest­os de las guarderías.

Los socialista­s también lo pondrán difícil tras la subida de las tarifas de transporte, pero no cierran la puerta a un acuerdo. Lo mismo ocurre con ERC, que está pendiente de las explicacio­nes que el equipo de gobierno le dé el próximo lunes.

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ÀLEX GARCIA/ARCHIVO Gerado Pisarello con uno de sus interlocut­ores, Jaume Collboni

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