La Vanguardia

Seductora y alta, aunque sea italiana, habla, dice o susurra como una parisina

-

presente nuestro secuestrad­o por políticos mediocres que lo han invadido todo. Secuestrad­o o quizá entregado, regalado por nosotros mismos a esas gentes omnipresen­tes que nos están matando mediante la mentira compulsiva y la irresponsa­bilidad total. Porque lo cierto es que los medios de comunicaci­ón y buena parte de la sociedad consentimo­s a los políticos que no nos hablen de política y sí de sus problemas personales. Qué sarcasmo. Además de pagar a los políticos la mensualida­d por no hacer su trabajo, hemos de soportar sus problemas personales. Y sus gracias, porque hasta los espacios de humor han sido invadidos por ellos.

Que vuelvan las canciones. Que vuelvan al escenario de la vida los músicos, los cantantes, los urbanistas, los médicos, las enfermeras, los pianistas, los maestros, los payasos, los actores, los pintores, los científico­s, los ingenieros, los poetas, los fontaneros, los trapecista­s, los verdaderos bomberos, etcétera. Que vuelvan todos aquellos que son necesarios. Que vuelva incluso el periodismo. Si pienso ahora mismo en este oficio es porque me acabo de enterar de otra muerte: la de Interviú, revista cuya portada no dejaba ver la Faraona sacó pecho glorioso en la portada de esa publicació­n cuando tuvo serios problemas con la hacienda pública.

O sea, que estos días cae la nieve y nos ha visitado la seductora y alta Carla Bruni, que aunque sea italiana, habla, dice o susurra como una parisina. En realidad la esbelta y atractiva Bruni es turinesa. Turín y París tienen muchas cosas en común. Cuando la Bruni canta, dice o susurra a la manera parisina, cuando pone voz de niña mala con piano educada en Suiza, cuando aparenta escuchar con mucho interés es cuando más soy consciente de que aquí, sobre todo aquí, los políticos ineptos nos están robando el presente con nuestro propio consentimi­ento. Estos tíos y tías, los de los himnos, nos han dejado sin canciones.

Todos los días, en el Café Emma, que es territorio francés, me tomo un café escuchando esa canción de Carla Bruni titulada

Quelqu’un m’a dit, que habla de la vida, del amor y del aparente desamor. Escucho a la seductora Bruni, que afirma que el amor es la última revolución, y recuerdo un tiempo plural. Y es entonces cuando entiendo que es necesario que vuelvan las canciones.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain