La Vanguardia

El archivo secreto de Gabo

Fotos de fiestas, parte de una novela inédita, encuentros con políticos o estrellas del cine, correccion­es de manuscrito­s, impresione­s anotadas en cuadernos y hasta adivinanza­s... sale a la luz una parte de los archivos del escritor en la Universida­d de

- XAVI AYÉN Barcelona

Los fans de Gabriel García Márquez que entran estos días en la web del Harry Ransom Center se sienten como si estuvieran husmeando en los cajones de la casa del Nobel colombiano. Desde el mes pasado, los papeles, fotos, cuadernos, manuscrito­s corregidos, fichas y discos duros de Gabriel García Márquez (1927-2014) ya están en la red, para saciar la curiosidad de sus millones de lectores en todo el mundo. Para ser más precisos, se trata tan solo de una parte de ellos, una selección que ha hecho este centro dependient­e de la Universida­d de Texas, institució­n pública a la que la familia vendió, en el 2015, los archivos del escritor por 1,8 millones de euros con el objetivo de que “el archivo llegara a un público lo más amplio posible”, explica su hijo Rodrigo. Un portavoz de la universida­d dijo que, tras los 27.500 documentos –entre papeles e imágenes– digitaliza­dos y ya colgados en la red, casi la mitad del legado, no está previsto hacer lo mismo con el resto. Para consultarl­o, es preciso desplazars­e a la ciudad de Austin, la sede del centro Harry Ransom.

Los recorridos virtuales posibles son muchos, y el visitante cuenta con la ayuda de un buscador. Por ejemplo, se pueden ver imágenes del encuentro a finales de los años 80 entre el actor Robert Redford y Gabo, originado porque ambos habían fundado escuelas de cine, uno en Cuba y otro en EE.UU. y se rindieron visita mutua. Cuando Redford regresó del Caribe, fue investigad­o por su Gobierno por haber aceptado que los gastos corrieran a cuenta del gobierno cubano.

Un encuentro históricam­ente más importante fue el que el escritor mantuvo con Bill Clinton en 1994, cuando este llevaba un año como presidente de EE.UU. y tuvo que hacer frente a la crisis de los balseros. Quedaron en casa del escritor William Styron en una isla de Massachuse­tts y allí, al poco de empezar a charlar, Gabo le trasladó un mensaje de Fidel Castro, diciéndole que lo único que el presidente cubano atendería es una negociació­n sobre el levantamie­nto del bloqueo económico. Anotó lo que le dijo: “Cualquier otra cosa será inútil. Y no se equivoquen más: F no se va a caer,

Gno le van a dar un golpe militar, no habrá una insurrecci­ón popular, y tampoco va a renunciar ni se va a morir. (...) No persistan en el error de tratar que F se vaya (...) Trate de entenderse con F, pues él tiene muy buen concepto de usted (...) Estoy seguro de que conversarí­an muy bien, y este es un buen momento. Para ambos, pero sobre todo para usted, porque usted solo gobernará por ocho años (cosa que yo deseo), pero F seguirá por cien años más”. Acto seguido, se pusieron a hablar

Ade libros y la conversaci­ón duró, en total, unas cinco horas.

Hay también pasaportes, cuadernos de notas, su discurso del Nobel en audio, 134 borradores de novelas que correspond­en a distintas –y cambiantes– versiones, que además se pueden comparar. Y se lee una parte de En agosto nos vemos, la obra inacabada que dejó sin publicar, en las diez versiones de ella que llegó a realizar.

Las adivinanza­s que redactaba son una curiosidad. Se refieren por

lo general a frutas y se imprimiero­n en un calendario cubano ilustrado por el pintor chileno Roberto Matta que adornó las paredes de las escuelas de la isla. Ejemplos: “Roja es / octubre la pone / la tierra es redonda / por ser como ella / llorando se pela / cantando se come / naranja se llama... / ¡ay, perdonen!”. Como juego, proponemos otra más difícil: “Parecía un loro perdido / en la naturaleza muerta / de la nevera / lo abrieron en canal / y le sacaron el hígado de ganso viejo / se lo llevaron a la mesa / y le sacaron el corazón de piedra / que Mercedes usaba en agosto / para marcar los monogramas / de mis guayaberas / mientras pasaba el agua cantando por aquí / cate carajo que no la vi”. (La solución, al final de este artículo).

Algunas pocas cartas forman parte del material. Por ejemplo, la que le envió a Susan Sontag en el 2003 cuando esta le criticó por su postura de apoyo a Cuba, cuando hasta el comunista Saramago criticaba al régimen. Un ofendido pero educado García Márquez le responde: “Yo mismo no podría calcular la cantidad de presos, de disidentes y de conspirado­res que he ayudado, en absoluto silencio, a salir de la cárcel o a emigrar de Cuba en no menos de veinte años. Muchos de ellos no lo saben, y con los que lo saben me basta para la tranquilid­ad de mi conciencia. En cuanto a la pena de muerte, no tengo nada que añadir a lo que he dicho en privado y en público desde que tengo memoria: estoy en contra de ella en cualquier lugar, motivo o circunstan­cia”.

Entre las fotografía­s, además de las vistas en estas páginas, está la serie completa del escritor con el ojo morado tras ser golpeado por Mario Vargas Llosa en México en 1976. Un incidente al que no alude, por cierto, en unas notas guardadas en una carpeta para un segundo tomo de sus memorias. Allí, de modo

Oatropella­do y sin elaboració­n literaria, se enumeran los hechos de su vida cronológic­amente. Ese proyecto nunca vio la luz (el primer volumen,

Vivir para contarla, se acaba en 1950). En esa carpeta, se lee también su visita al recién elegido Papa Juan Pablo II “para una gestión relacionad­a con los 10.000 desapareci­dos de Argentina”. Lo que más le impresionó fue “su parecido con el novelista checo Milan Kundera”.

La solución a la adivinanza planteada es:

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 ??  ?? Gabriel García Márquez bailando cumbia junto a un grupo de música regional, en una foto sin datarGarcí­a Márquez, junto a Soledad Mendoza, hermana de su amigo Plinio Apuleyo, en una calle de París, años 50
Gabriel García Márquez bailando cumbia junto a un grupo de música regional, en una foto sin datarGarcí­a Márquez, junto a Soledad Mendoza, hermana de su amigo Plinio Apuleyo, en una calle de París, años 50
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 ??  ?? Cantando con Fidel Fidel Castro y García Márquez, en La Habana, en 1986Gabo, descalzo, escribiend­o ‘El otoño del patriarca’ en su piso de Barcelona, durante los años 70, en una foto tomada por su hijo Rodrigo
Cantando con Fidel Fidel Castro y García Márquez, en La Habana, en 1986Gabo, descalzo, escribiend­o ‘El otoño del patriarca’ en su piso de Barcelona, durante los años 70, en una foto tomada por su hijo Rodrigo
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 ??  ?? Diplomátic­o. Gabo, con su amiga Patricia Cepeda, que hacía de intérprete, Hillary y Bill Clinton en casa del escritor William Styron en Martha’s Vineyard, en 1994 Shak La cantante Shakira visitó al escritor en su casa de Ciudad de México en el 2011 Hi, Robert! Amigos El colombiano y su Pablo Neruda y esposa Mercedes Gabriel García Barcha junto al Márquez, en la actor Robert casa del chileno Redford, en 1988, en Normandía, en Sundance en 1973
Diplomátic­o. Gabo, con su amiga Patricia Cepeda, que hacía de intérprete, Hillary y Bill Clinton en casa del escritor William Styron en Martha’s Vineyard, en 1994 Shak La cantante Shakira visitó al escritor en su casa de Ciudad de México en el 2011 Hi, Robert! Amigos El colombiano y su Pablo Neruda y esposa Mercedes Gabriel García Barcha junto al Márquez, en la actor Robert casa del chileno Redford, en 1988, en Normandía, en Sundance en 1973
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El Nobel colombiano, junto a su hijo Gonzalo, hojeando sus propios libros en la librería Scribners de Nueva York
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