Gaga, segundo asalto
Lady Gaga comienza en Barcelona el tramo europeo de su gira tras suspenderla en septiembre por fibromialgia
Tras anular por problemas de salud los conciertos que debía dar el pasado mes de septiembre, lady Gaga regresa esta noche al Palau Sant Jordi para saldar la deuda con sus seguidores barceloneses.
La cancelación de sus dos conciertos programados para el pasado mes de septiembre causó impacto entre su numerosa legión de entregados seguidores, que ya habían comenzado a acampar en torno al Palau Sant Jordi con días de antelación por aquello de ser los primeros en entrar y situarse en los mejores lugares del recinto. Los conciertos de Lady Gaga siempre despiertan un halo de expectación, y en aquella ocasión con mayor motivo ya que se trataba de la gira mundial de presentación de su último álbum, Joanne, que se había publicado casi un año antes. Pero todo se quedó en nada cuando las dos veladas del 21 y el 22 de aquel mes se tuvieron que suspender –al igual que toda la gira europea– a consecuencia de un brote de fibromialgia.
(No fueron pocos los que en ese momento descubrieron qué es la fibromialgia, o sea, enfermedad crónica caracterizada por un dolor musculo-esquelético generalizado, y que se manifiesta en una hipersensibilidad en diferentes áreas corporales como el cuello, la espalda o las piernas; el comunicado oficial de la promotora Live Nation al anunciar la suspensión de la gira argumentaba precisamente “los dolores intensos que afectan a su capacidad de actuar”).
Lady Gaga, es decir, la neoyorquina Stefani Joanne Angelina Germanotta, parece que ya se ha recuperado físicamente y esta noche (21 h) y el próximo martes hará suyo el escenario del Palau Sant Jordi con su espectacular show del Joanne World Tour: como tiene acostumbrado al seguidor, uno de los más impactantes montajes del circuito internacional que ahora mismo pueden verse en forma de efectos visuales, tecnología punta, embrujo multimedia y una contundente descarga de pop ofrecida por ella, un llamativo combo de diez bailarines y la ultraeficaz banda de cinco instrumentistas, siempre en segundo plano pero siempre imprescindibles.
Esta vuelta a la primera línea de fuego está siendo todo un éxito a tenor de las críticas de sus conciertos en Norteamérica (que volvió a retomar el 3 de noviembre,
“Quiero emocionar a los que nunca tuvieron el mínimo interés en mí”, dice al presentar su álbum ‘Joanne’
solo dos meses después de anunciar que padecía fibromialgia...), que han reportado 60 millones de dólares. Conciertos, en cualquier caso, intensos, de coreografía, vestuario y luminotecnia impactantes, divididos en varios capítulos que permiten esa variedad de personaje y de atavios y que está haciendo las delicias del incondicional, al que vuelve a rendir al ritmo de hits como Poker face, Bad romance, Born this way o Aplause.
Y eso que el disco motivo de la gira, Joanne, apunta a un cambio de rumbo artístico, ya que se trata de su obra más personal y sincera ,donde se acumulan cicatrices y dolorosas reflexiones. Cuando salió al mercado, su autora explicó que “he querido extraer una parte más profunda de mi rabia y de mi corazón; quiero emocionar a los que nunca tuvieron el mínimo interés en mí”. Ahora bien: luego, en el directo, hoy, el martes, the show must go on.