Algunos gestos de empatía con el interlocutor
Como un espejo. Cuando una persona sintoniza con su interlocutor, sin darse cuenta imita sus gestos, su movimiento, la posición de su cuerpo. Este truco se puede utilizar: acompañar la gestualidad del otro, imitar discretamente incluso la cadencia de su voz; los expertos en lenguaje no verbal sostienen que ayudará a que de forma inconsciente nos registre como un aliado y no como adversario
Los pies bien orientados. Sin darse cuenta, las personas que están paradas en algún sitio, por ejemplo sentadas en una mesa de negociación, dirigen sus pies hacia el lugar donde realmente desean ir. Hay que procurar que nuestros pies no se orienten hacia la puerta; el otro lo detecta de forma inconsciente y registra que no queremos estar ahí
Hablar con las manos. Un interlocutor con los brazos cruzados está a la defensiva, no le gusta lo que está oyendo. En cambio, uno que gestualiza de forma suave, abierta, mostrando las palmas de las manos, transmite confianza, credibilidad y franqueza. Es más persuasivo que el que oculta sus manos o las pega al cuerpo. Los gestos ayudan también a que el propio discurso fluya
Cuerpo en calma. Aunque se acompañe la intervención con gestos de las manos, el cuerpo debe mantenerse quieto. Y desde luego cuando se está escuchando al otro, para transmitir serenidad. Hay diversos recursos involuntarios que las personas utilizan cuando sienten ansiedad y es habitual que se toquen la cara o el pelo, tamborileen con los dedos en la mesa o den golpecitos en el suelo con el pie. Pero hay que evitarlo. Como alternativa, mejor poner las manos en la mesa y respirar
Contacto visual. Es clave. Mirar a los ojos al interlocutor es uno de los gestos más sinceros. Transmite honestidad y hay que practicarlo, aunque es natural que mientras se habla se aparte la mirada, también para consultar apuntes o documentos. Y por supuesto para no incomodar al otro
Sonreír. Por tensa que sea la negociación, hay que encontrar algún momento para introducir una sonrisa. Las personas que sonríen dan la impresión de ser más accesibles y más de fiar que las que ofrecen un rictus serio