“Las mujeres quedarían atrapadas si los hombres controlaran el dinero”
Elisabeth Moss, protagonista de ‘The handmaid’s tale’
El Globo de Oro que acaba de obtener por The handmaid’s tale (El cuento de la criada), es simplemente un reconocimiento más en una larga serie de honores que incluye el Emmy, un premio que se le escapó en siete ocasiones por su labor en Mad men y Top of the lake, pero que por fin cayó en sus manos el pasado septiembre por su interpretación de June Osborne/Offred. Es que la nativa de Los Ángeles de 35 años y practicante de la cienciología es parte de la razón de que la serie se haya convertido en uno de los grandes éxitos de este año. Con su vestido rojo y su sombrero blanco, es imposible no fascinarse al verla como esa mujer moderna que lo ha perdido todo tras una revolución fascista que ha hundido a Estados Unidos en la edad media.
¿Le sorprendió el éxito que has tenido con el The handmaid’s tale?
Por supuesto, sobre todo porque cuando grabamos la serie sabíamos que era una apuesta muy fuerte. Fue producida por Hulu, un servicio de streaming que todavía no había experimentado la misma respuesta que sí tuvieron otras compañías. Era un tema muy oscuro basado en una novela muy conocida que mucha gente respeta mucho. Cuando concluimos la grabación sentimos que habíamos hecho un buen trabajo, pero uno nunca se sabe qué puede pasar. Pero la respuesta, tanto de los fans de la novela como la de los que descubrieron esta historia a través de nuestra serie ha sido realmente increíble. Muchas mujeres me han parado en la calle para decirme que The handmaid’s tale ha sido sin duda una gran inspiración, y eso lógicamente me enorgullece mucho.
¿Le preocupa la expectativa que ha generado la segunda temporada?
No, en absoluto. Una de las cosas que nos dijimos cuando empezamos a grabar la segunda temporada es que la teníamos que tomar como los siguientes trece episodios de la primera entrega. Para nosotros es simplemente una extensión. Tenemos la oportunidad de contar un poco más de la misma historia. No nos preocupan las expectativas porque justo estamos empezando, ya que nos quedaron muchas cosas del libro de Margaret Atwood que no pudimos incluir en los primeros episodios. Además, sentimos que la audiencia nos ha dado un espaldarazo y que podemos ir un poco más lejos con ciertas cosas.
Mientras grababa la primera temporada, ¿ya sentía que la serie tocaba temas relevantes para el momento en que esta- mos viviendo actualmente?
Sí, claro. Yo desde un principio me identifiqué con muchas de las ideas que propone la historia, como que hay que estar siempre atento y no dormirse frente a las injusticias. Obviamente cuando finalmente The handmaid’s tale
comenzó a emitirse en Estados Unidos los temas que proponía se habían vuelto mucho más actuales. Sin embargo, creo que esta historia nunca perdió vigencia. Margaret nos dijo que todo lo que puso en el libro eran cosas que estaban pasando cuando lo escribió o que ya habían pasado. Está basado en la realidad, en las violaciones de los derechos humanos, en cosas que han estado ocurriendo desde hace muchos años. Han pasado tres décadas desde que ella lo escribió y el mensaje, independientemente de cuáles sean tus ideas políticas, mantiene totalmente su actualidad: hay que estar atento a las cosas que ocurren a tu alrededor y no dejar pasar violaciones de los derechos humanos ni de la Constitución.
¿Cómo se sintió la primera vez que se puso el vestido rojo?
Lo disfruté mucho porque desde un punto de vista técnico todo es mucho más simple. Todos los días me pongo el vestido rojo y ya está. Además tenía que ser un vestido que pudieran ponerse otras cien mujeres, con el que nos sintiéramos cómodas y se nos viese bien. Había un par de requisitos. El primero era que fuese muy cómodo y que no nos muriéramos de calor, porque lo íbamos a estar usando todo el tiempo. Y por el otro lado, por más oscura que sea esta historia, tenía que ser un vestido que las mujeres quisieran usar. Aunque son prisioneras, tienen que usar-
EL MENSAJE DE LA SERIE “Hay que estar atento a lo que ocurre y no dejar pasar violaciones a los derechos humanos”
SEGUNDA TEMPORADA “Sentimos que la audiencia nos ha dado un espaldarazo y que podemos ir más lejos”
lo mientras se desplazan por las calles de la ciudad. Nos aseguramos de que no fuera un vestido sacado de la época puritana. Es algo que disfruté mucho. Y cuando me tocó grabar las escenas de los flashbacks, hasta extrañé el vestido rojo.
¿Y el sombrero blanco?
Es fabuloso. No tengo que pasar por el sillón de peinado antes de grabar, lo cual está muy bien.
¿No es arduo tener que convertirse en un personaje que sufre tanto? No, porque eso es precisamente lo que más me gusta de esta profesión. Soy actriz, y no me interesa tener que parecer feliz todo el tiempo. Prefiero el material emotivo. Ese es el material que busco. Si tengo que grabar una escena intensa, esos son mis mejores momentos. Nunca podría decir que actuar es difícil porque para mi es el mejor trabajo del mundo. Me divierto, es lo que disfruto y siempre estoy buscando cosas que no he hecho antes. Si estoy haciendo una escena en la que no pasa nada me muero de aburrimiento. Obviamente, grabar The handmaid’s
tale fue duro en cuanto a las horas que trabajé. Nunca me tocaron tantas escenas, ni siquiera en Top
of the lake. Pero cualquiera que me conoce sabe que cuando no me necesitaban en el plató se me veía triste y muy celosa de los que estaban trabajando ese día.
Cuando habló con Margaret Atwood, ¿le explicó cómo se le ocurrió la novela? Claro. A ella le fascina la historia. Se pasa leyendo libros sobre el tema. Muchas cosas están basadas en la época puritana en Estados Unidos, particularmente en los juicios de Salem. Pero también quiso jugar con la idea de qué es lo que ocurriría si le quitaras a las mujeres todos sus derechos. La forma en que lo planteó en la novela y nosotros también en la serie es cerrándoles las cuentas de banco y quitándoles todo el dinero. No fue esa su única propuesta, pero es algo muy cierto. Si les quitaras el acceso al dinero a las mujeres no podrían viajar, no podrían irse del país, no podrían hacer nada de nada. Si los hombres tuvieran el control sobre ese dinero, todas las mujeres quedarían atrapadas. No quiero darle ideas a nadie, pero esa es la manera de esclavizar a las mujeres. Vamos, ya lo hemos difundido en la serie, así que es mejor que las chicas tengan algo de efectivo guardado en el ropero.