El sacerdocio cósmico de Raimon Panikkar
Hace una semana se publicó en este diario un reportaje con el título “El día que Panikkar pidió perdón”. A partir del testimonio de dos sacerdotes del Opus Dei, Josep-Ignasi Saranyana y Ferran Blasi, el artículo reseguía el paso de Raimon Panikkar por el Opus Dei (1940-1966), así como los hechos relacionados con la suspensión y la restitución del ejercicio de su ministerio sacerdotal (2008).
Las relaciones entre Panikkar y el Opus Dei fueron conflictivas desde el inicio. Hasta cuatro amonestaciones canónicas recibió Panikkar en los años de pertenencia a la Obra. En 1966 estalla la crisis definitiva. Escrivá de Balaguer envía a dos emisarios a buscar a Panikkar a Bonn, donde participaba en unos actos académicos. Le dejan pronunciar sus conferencias y a continuación es llevado a Roma, donde se le somete a una especie de juicio en una situación de incomunicación con el exterior (“retenido contra mi voluntad”, explicará años más tarde a algunos amigos), y a raíz de ello se determina su expulsión del Opus Dei. Panikkar continuará, sin embargo, como sacerdote, incardinado en Varanasi (India). A diferencia de otros exnumerarios, Panikkar nunca quiso criticar públicamente al Opus Dei. En TV3 dijo que no se arrepentía ni de haber entrado ni haber salido. Si ocasionalmente recibía a algún sacerdote de la Obra, lo hacía con afecto, sin ningún tipo de acritud contra la institución a la cual había pertenecido durante 26 años. Pero en ningún caso se puede defender un acercamiento real del último Panikkar al Opus Dei. Algunos estudiosos han hablado de las relaciones de Panikkar con el Opus Dei criminalizando la institución. Otros lo hacen defendiéndola a toda costa. El relato más matizado y equilibrado sigue siendo, desde mi punto de vista, el que ofrece Maciej Bielawski en
Panikkar. Una biografia (Fragmenta, 2014), que contiene una documentada reconstrucción de los hechos.
Es sabido que el 6 de diciembre de 1984 Raimon Panikkar contrajo matrimonio civil. De acuerdo con el Código de Derecho Canónico, el matrimonio es incompatible con el ejercicio del ministerio sacerdotal, motivo por el cual el obispo de Vic, la diócesis donde residía, lo suspendió a divinis, que le impedía celebrar públicamente la eucaristía. Con su matrimonio, Panikkar hacía un gesto profético contra el celibato sacerdotal, una norma que no compartía, tal como explicó al arzobispo Maximino Romero de Lema, secretario de la Congregación para el Clero (1973-1987), en el transcurso de los fecundos diálogos que mantuvo.
Las gestiones para la regularización de la situación canónica de Panikkar no las hizo ni el Opus ni el monasterio de Montserrat, sino el sacerdote diocesano Jesús Silvestre, entonces párroco de Tavertet, que alegó ante la Congregación para el Clero que Panikkar no hizo nunca vida marital y que el matrimonio no se había consumado. La Congregación escribió al obispo de Vic, Romà Casanova, pidiéndole que gestionara la situación con caridad y suavidad. Dado que la falta canónica era pública, Casanova exigió a Panikkar una rectificación pública. Siempre con la mediación de Silvestre y con el asesoramiento del sabio Josep Torras Rodergas, exmonje de Montserrat, Panikkar y el obispo pactaron un texto de retractación. Una noche glacial del 15 de febrero del 2008, un Panikkar de 89 años concelebró con Silvestre una misa en la iglesia parroquial de Tavertet, misa previamente anunciada al pueblo con el tañido de campanas, de acuerdo con las costumbres eclesiásticas multiseculares. Durante la homilía, en una iglesia prácticamente vacía, Panikkar hizo explícita la retractación. El obispo visitó a Panikkar al día siguiente para escenificar la reconciliación, y el 3 de abril de aquel mismo año comunicó a los arciprestes del obispado el levantamiento de la suspensión.
La retractación de Panikkar fue un mero formalismo exigido por el obispo que en nada afectaba a las cuestiones prácticas: no se divorció ni dejó de estar en contacto con su familia. No se tiene que magnificar un acto administrativo para intentar apropiarse de Panikkar y acercarlo a una teología de la que hacía décadas se sentía muy lejos. El posicionamiento de Panikkar, crítico con la institucionalización del sacerdocio tal como la regula el derecho canónico, se mantuvo intacto. Estamos en un caso claro de Eppur si muove. Panikkar siempre defendió que él era sacerdote “según la orden de Melquisedec”. Melquisedec es el sacerdote pagano que, como indica la Biblia, bendijo a Abraham, lo que entronca el judeocristianismo con el sacerdocio preabrahámico. Ser sacerdote según la orden de Melquisedec significa entender el sacerdocio como una condición que va mucho más allá del derecho canónico. Sacerdocio cósmico que se remonta a la noche de los tiempos. Puro Panikkar.
Las relaciones entre Panikkar y el Opus Dei fueron conflictivas, pero nunca quiso criticar a la institución