Belleza e intriga
Ha transcurrido ya un lustro desde que el compositor y oudista Anour Brahem deslumbrara al aficionado mínimamente sensible con The astounding eyes of Rita, pero ese tiempo transcurrido no ha mermado la brillantez y el entusiasmo jazzístico del excepcional músico tunecino. Esta nueva entrega discográfica, otra vez de la mano del sello ECM de Manfred Eichner, ya muestra una significativa intencionalidad sonora e instrumental en la composición del lineup de músicos que le acompañan: su fraternal colega contrabajista Dave Holland, el legendario batería Jack DeJohnette y, sobre todo, el sensacional pianista e improvisador británico Django Bates.
El glorioso resultado del encuentro y la química compartida es un admirable equilibrio entre una serie de piezas que beben melódicamente de un Mediterráneo amansado y la flexibilidad rítmica y la transparente ingenuidad del mejor jazz. Es cierto que Brahem había colaborado con improvisadores jazzísticos desde sus aparición en el circuito en los 80, aunque también es cierto que en sus primeros discos con ECM (Barzakh o Conte de l’incroyable amour) su patrón musical fue la tradición musical árabe sin fisuras. A partir de allí fue abriéndose de nuevo al jazz, hasta este Blue maqams, en donde la presencia de Bates deviene fundamental, no solo por ser fuente de inspiración, sino por su espaciosidad creativa, su contención lírica y por el elemento de intriga que introduce en el sosegado manto sonoro de Brahem. El mágico encuentro del oud y elpiano en La nuit o La passante es prueba concluyente del acierto.