“Yo soy y seré el entrenador”
Sánchez Flores reafirma su compromiso con el Espanyol tras negociar con el Stoke City
Som i serem. Quique Sánchez Flores no entonó ayer la Santa Espina, pero clarificó su futuro a su son: “Yo soy y seré el entrenador del Espanyol”. No dejó claro si hasta final de temporada o si cumplirá el tercer año opcional que firmó con el club. Tampoco negó que hubiese atendido al interés del Stoke City, por más que asegurase que el viernes, cuando todos los medios españoles y británicos hablaban de él, era el hombre más tranquilo del mundo y aprovechaba la tarde para ver la última película de Woody Allen. Una cinta donde se alternan la frustración, la infidelidad y la reconciliación.
“En el fútbol cuentan los hechos, no las palabras. Y el hecho es que yo estoy aquí –afirmó el técnico–. Gerard también tenía una oferta hace dos días y está aquí y aquí sigo yo. En el Espanyol es difícil mover a nadie porque aquí estás bien. Cuentan un montón de cosas y tengo a mis hijos cerca. Los jugadores tampoco se quieren ir. Estamos en una dinámica positiva y queremos seguir. Lo que tenemos que hacer es disfrutar de los momentos del Espanyol”.
Sánchez Flores rehusó explicar por qué había tomado la decisión de seguir después de estudiar la oferta del Stoke. Reafirmó su compromiso y responsabilidad en el Espanyol, reconociendo que sus funciones van mucho más allá de ejercer de técnico, y pidió pasar página sobre un asunto que considera normal en el mundo del fútbol.
“No tengo que contar nada porque no hay nada. El día que supuestamente tenía que negociar me fui al cine –explicó–. Yo pertenezco al Espanyol, trabajo para el Espanyol y soy honesto con el Espanyol. Estoy absolutamente contento aquí. Me gusta la relación que tengo con los jugadores, una gran ciudad, un gran país... No tengo nada que contar de mí, soy feliz y mi contexto, que es lo más importante, es feliz. Todo lo que necesito lo tengo aquí”.
Lo cierto es que el técnico atendió la oferta del Stoke, que le ofrecía cinco temporadas de contrato, y tras remontar la eliminatoria de Copa en València decidió guardar silencio para hablar con el Espanyol. Lo hizo la mañana del viernes en Sant Adrià, después de que el director general deportivo, Òscar Perarnau, ya hubiese transmitido el asunto al presidente Chen. El tema no llegó en ningún momento al vestuario españolista.
Ese día Perarnau le transmitió confianza y continuidad del proyecto
FIDELIDAD
“No tengo que contar nada porque no hay nada; soy feliz y todo lo que necesito lo tengo aquí”
y Sánchez Flores pudo ayer decir que ojalá los jugadores que no pudieron llegar el pasado verano lleguen el próximo. Sin embargo, ese silencio que guardó en el Ciutat de València, que bien podría considerarse un gesto de honestidad con la afición por si efectivamente acababa yéndose, podría acabar haciendo mella en su relación con el españolismo.
“Hay situaciones en el fútbol que no se pueden parar, no se puede parar la intención de los otros clubs. Ojalá cada año quieran a cinco jugadores del Espanyol y no se vayan. Nos cuesta muy poco enrarecernos y mucho ser felices”, quiso zanjar el técnico para pedir atención a la buena racha del equipo y al partido de esta tarde ante el Athletic. Un duelo que el Espanyol deberá afrontar con las más que sensibles bajas de Javi Fuego y David López por sanción y de Sergio García por molestias. Quique recupera a Víctor Sánchez y Óscar Duarte.
“Afrontamos un duelo sin jugadores de mucho liderazgo ante un equipo que tiene líderes, pero ya sabéis lo importante que son las dinámicas y hemos entrado en una positiva”, afirmó.