Balmes, autopsia de un asesinato
Ángel Viñas acredita su tesis de que fue Franco quien ordenó matar al general para evitar que frenara el golpe
Franco no se forjó como criminal con el ejercicio de la violencia en el frente, las órdenes de fusilamiento en la guerra y más allá, y las firmas de sentencias de muerte durante la dictadura. Era un asesino en origen, y apuntó maneras bien temprano. Tal es la tesis que el historiador Ángel Viñas defiende y apuntala en su último libro, El primer asesinato de Franco (Crítica), donde, con ayuda del patólogo Miguel Ull y el piloto Cecilio Yusta, aporta nuevas pruebas a su teoría sobre la muerte del general Amado Balmes: el militar al frente del ejército en Las Palmas no falleció en accidente al dispararse involuntariamente sino que alguien, bajo las órdenes de Franco, lo mató para evitar que frenara los planes del golpe.
Viñas ya rebatió en el 2012, con la lógica de los hechos, la hipótesis de la muerte accidental de Balmes. Lo hizo en el libro La conspiración del general Franco, centrado en las circunstancias del vuelo del Dragon Rapide y en la determinante oposición del Reino Unido al legítimo Gobierno de la República. Aunque el asunto Balmes no fuera el tema central de aquel ensayo –explica Viñas–, sí fue el que desató las iras de algunos “aficionados” franquistas y dio lugar a escritos “plagados de falsedades” con un objetivo común: restaurar la tesis del accidente. Destaca, entre esas contestaciones, la del libro En busca del general Balmes, de Moisés Domínguez Núñez, basado en un informe forense.
En su nueva obra, contrarréplica a Domínguez y otros, el catedrático de Historia y Economía se arma ahora con las evidencias científicas y documentales desgranadas por el doctor Ull y el excomandante de Iberia Cecilio Yusta, ambos coautores con Viñas. El primero refuta la “supuesta autopsia” del libro de Domínguez, “mera copia de una transcripción de los forenses al secretario del juzgado, plagada de irregularidades”; en suma, “una chapuza”. En esencia, dicho informe sostiene que Balmes se mató de un disparo en el abdomen cuando intentaba desencasquillar la pistola. Pero eso es “incompatible” con las lesiones que acabaron con su vida, en particular la del bazo, al que la bala “no pudo llegar con tal trayectoria”. Las heridas mortales descritas en el parte sí cuadran con el primer y original dato del verdadero orificio de entrada, que sólo salió a la luz el primer día, en el Diario de Las Palmas, y luego fue borrado para siempre: según esta revelación, el proyectil entró en realidad por debajo de la axila izquierda, un punto impensable en un disparo por accidente.
El piloto Cecilio Yusta aclara por su parte por qué Franco voló a Tetuán desde Las Palmas, la plaza de Balmes, y no desde Tenerife: “En Las Palmas tenían asegurado el control del aeropuerto, a través de un oficial destinado allí desde un mes antes, y pudieron ocultar el Dragon Rapide por cuatro días”. Eso resultaba “fundamental para garantizar la salida de Franco hacia Marruecos” para dirigir allí la sublevación en el Norte de África.
“Balmes fue asesinado porque, probablemente, se habría opuesto a los planes de Franco”. Su eliminación permitió al general golpista llegar a Tetuán sin retraso para cumplir sus planes para derribar la República. “Fue un asesinato político que cambió la historia de España”, afirma Viñas. Y confirma el carácter “frío y calculador” que ya el conspirador monárquico Pedro Sainz Rodríguez atribuyó en sus memorias al luego caudillo.
En su entrevista con La Vanguardia, Viñas lamenta que, así como en la historiografía “seria” la versión de los vencedores sobre la guerra y la dictadura está “prácticamente colapsada”, en las redes y entre los “gacetilleros” de algunos medios sigue “vivita y coleando”. ¿Cómo así, después de tantos años? “Pues porque a lo largo de todo el proceso democrático no ha habido un esfuerzo sostenido por explicar a los alumnos de los distintos niveles lo que pasó en España entre los años 1931 y 1975”. En esa carencia resultan cruciales “el peso de la Iglesia” y el que “uno de los grandes partidos, el que ahora gobierna, no ha roto con el pasado”. De ahí que la ley de Memoria Histórica “no se cumpla”. Y de ahí que en España exista una Fundación Franco. “¿Alguien se imagina una fundación Adolf Hitler o Benito Mussolini?” Pues eso.
“La versión de los vencedores sigue viva por falta de formación y porque el PP no ha roto con el pasado”