“La mujer está detrás del gran éxito del gin-tonic”
Ignacio Silva, consejero delegado de Schweppes Suntory en España y Portugal
Ignacio Silva, nacido en julio de 1966 en Barcelona, lleva siete años trabajando en Madrid, como consejero delegado de Schweppes Suntory. Desembarcó como director comercial, pero en menos de un año asumió el máximo cargo en la península Ibérica, en plena crisis económica. Ahora, también es director de desarrollo de negocio del Sur de Europa, lo que supone implicarse en nuevos mercados en Italia, Chipre y Grecia.
Entre España y Portugal, el grupo familiar japonés Suntory factura unos 500 millones, la mayor parte en España (430 millones). Sus 1.200 empleados se reparten entre servicios centrales, comerciales, transportistas, las fábricas de Toledo y Sevilla, así como el centro de investigación en Tordera (Barcelona), donde prevé invertir cuatro millones en dos años.
Silva estuvo anteriormente siete años en Unilever, año y medio en Alimentos Naturales y diez en Panrico. Casado y con cuatro hijas, explica que cuando le surgió la oportunidad de trabajar en Madrid, “alguna de mis hijas no quería venir. Ahora no se quieren ir”. Silva echa de menos las escapadas cada fin de semana al Pirineo, pero admite que “son etapas de la vida, aunque viviéramos en Barcelona ya no iríamos tanto allí porque mis hijas son mayores y es difícil acarrear con todas, entre novios, exámenes...”. Ahora, aprovechan para escaparse a Comillas (Cantabria) o hacer viajes al extranjero.
Cuando se convirtió en capitán del barco en Schweppes Suntory, resalta, “cambié a todo el equipo entero del comité de dirección”. “La compañía tenía un problema de crecimiento, además de que estábamos en plena crisis económica y de consumo. El anterior equipo había hecho un buen trabajo a la hora de reducir los costes, con lo que no se podía rebajar más y, por lo tanto, había que dar un giro entero”. A lo que continúa, “opté por una estrategia de valor: había que crecer en facturación y esto se hace con mucho pragmatismo”.
En sus casi 25 años de vida profesional, “he pasado por una multinacional, una empresa familiar en la que luego entró un fondo de capital riesgo, Apax, y ahora dirijo en España una empresa con propietarios japoneses, cuya estrategia es pensar a muy largo plazo, en generaciones futuras”. Idea que encaja con su filosofía de vida y aficiones, pues entre sus hobbys destaca el running, esquiar, andar en bicicleta y las motos. Ha hecho varias maratones e incluso participa en alguna competición de triatlón.
Uno de los mayores éxitos de Schweppes Suntory, que cuenta con una cartera de más de 20 marcas entre las que destacan la legendaria Schweppes o La Casera, ha sido lanzar al mercado una gama de tónicas mixers prémium, con sabores que van desde la pimienta roja al cardamomo pasando por el azahar o la lavanda.
“No podíamos perder el pulso del mercado, ya que vivimos en un mundo de experiencias”, subraya. De ahí, surgió la idea de modernizar las tónicas, incluido el envase. En ese contexto de cambios, certifica que “el boom del gin-tonic nació en España y después se ha exportado a otros países”. Beberse uno, subraya, “es una experiencia para el consumidor que quiere disfrutar del olor, el color, la copa...”. “El gran éxito del gintonic es la mujer, porque muchas de ellas, a partir de los 35 años, dejaban de tomar copas y con esta bebida ha descubierto una que ha logrado engancharle porque se puede hasta personalizar”.
“La mujer ha dicho esta propuesta es para mí porque se trata de un trago largo que permite disfrutar toda la noche, es glamurosa y los aderezos en la copa son de diseño”, señala. No obstante, Silva hace hincapié en que ahora la bebida que está de moda es “el whisky con ginger ale mientras que los gin-tonic España los ha exportado a otros países”.
“España ha exportado el gin-tonic a otros países, pero ahora está de moda tomar whisky con ginger ale”