Jordi Ribera Romans
SELECCIONADOR DE BALONMANO
La gloria le llega a Jordi Ribera a los 54 años, después de toda una vida dedicada al balonmano. Técnico metódico, analítico, estudioso, el de Sarrià de Ter ha dotado de orden y criterio táctico a unos hispanos que logran su primer oro europeo.
Pese a que el título honorífico de MVP del torneo recayó en el central sueco Jim Gottfridsson, el reconocimiento bien lo habría merecido Jordi Ribera Romans (54). El técnico de Sarrià de Ter ha sido el gran artífice del renacimiento de los hispanos, el verdadero líder, silencioso y tapado, de una selección española que se ha transformado. De ser un equipo inestable emocionalmente, que se venía abajo al primer viento adverso, ha pasado a ser un grupo sólido, con una gran fortaleza anímica y una enorme consistencia táctica. “Estoy muy feliz por el grupo, ha creído desde el principio que podíamos, dentro de las adversidades que hemos tenido, problemas, lesionados... Hemos tenido un espíritu ganador, siempre hacia delante”, comentaba el técnico catalán. “La segunda parte ha sido absolutamente nuestra, nos hemos adelantado, hemos jugado alegres, con más organización, con mejor repliegue...”, analizaba. “Es un día de felicidad para el balonmano español, de reconocimiento al trabajo silencioso de técnicos, árbitros, clubs...”. Raúl Entrerríos destacaba “el trabajo muy duro” del equipo. “Lo merecíamos. Después de tanto trabajo y de haber superado momentos difíciles, el equipo ha tenido el premio de trabajar juntos, como un grupo”.