Vladímir Putin
PRESIDENTE RUSO
El presidente ruso no da ni un respiro a la oposición. Tras quedar fuera de la contienda, el líder opositor Navalni volvió a ser detenido
–la cuarta vez en menos de un año– junto a centenares de otros manifestantes.
El más activo en la campaña electoral rusa es el que no puede presentarse. El opositor Alexéi Navalni y cientos de sus seguidores fueron arrestados ayer en una jornada antielectoral y contra Vladímir Putin, el presidente de Rusia, quien con total seguridad será reelegido en las elecciones del 18 de marzo. Navalni convocó una jornada de protesta en todo el país, llamada “Huelga de votantes”, pidiendo el boicot a unos comicios que cree “injustos”.
Las manifestaciones las convocó Alexéi Navalni después de que la Comisión Electoral Central y los tribunales rusos confirmasen algo ya sabido desde hace tiempo: que no puede ser candidato a la presidencia de Rusia debido a las condenas por fraude y lavado de dinero que pesan contra él. Este joven abogado de 41 años alega que las acusaciones se fabricaron para apartarle de la política. El año pasado Navalni creó una amplia red de oficinas en todo el país con el objetivo de concurrir a las elecciones. Ahora, dedicará sus 200.000 voluntarios para fomentar el boicot. Este puede proporcionar “otro golpe a la credibilidad del régimen del Kremlin”, dijo recientemente el opositor.
Putin, que disfruta de más de un 80 % de popularidad, según las encuestas, se va a enfrentar a candidatos que apenas tienen posibilidades de hacerle frente. Y al que tiene posibilidades de arañarle votos, Navalni, se le excluye, argumentan en la oposición.
Como sucedió en anteriores manifestaciones no autorizadas por el ayuntamiento, Alexéi Navalni no pudo estar mucho tiempo con los otros manifestantes. Cuando se dirigía a la calle Tverskaya, en el centro de Moscú, un grupo de policías se echó sobre él, le tiraron al suelo y procedieron a detenerle y llevarlo a un furgón policial. Era la cuarta vez en menos de un año que se repetía la misma escena. Acusado de violar las normas de manifestación, podría volver a pasar otro periodo de arresto. La última vez fue sancionado con un mes de calabozo.
En las manifestaciones, que se celebraron a lo largo del día desde Kaliningrado a Vladivostok, fueron detenidas al menos 240 personas, según el observatorio independiente OVD-Info. La mayoría, cien, en Cheboksari (Volga) y Ufá (Urales).
Las protestas de Moscú y San Petersburgo fueron las más numerosas, con un asistencia de entre mil y 2.000 personas. Según datos del Ministerio del Interior, hubo protestas en 46 de las 83 regiones del país. La oposición había convocado manifestaciones en 118 ciudades y pueblos. Pero no tuvieron la fuerza de las de marzo y junio del año pasado. Y por supuesto quedaron muy lejos de la capacidad de convocatoria que la oposición rebelde (extraparlamentaria) demostró en el 2012, cuando logró formar las mayores protestas contra Putin desde su llegada al poder, y donde Navalni se reveló como el opositor más carismático al jefe del Kremlin.
En la calle Tverskaya de Moscú, los manifestantes lanzaban ayer sus típicos eslóganes políticos: “¡Rusia sin Putin!”, “¡Rusia será libre!” Y el último, con sabor electoral: “¡El cuarto mandato, en la cárcel!”, en referencia a que la reelección de Putin supondrá su cuarto mandato como presidente.
Por una supuesta amenaza de bomba, la policía entró por la mañana en la Fundación de Lucha contra la Corrupción de Navalni, interrumpiendo la retransmisión de un programa sobre las protestas en su canal de YouTube y llevándose a comisaría a varios de sus colaboradores. La transmisión se reanudó al poco tiempo desde un estudio improvisado.
Es la cuarta vez en menos de un año que la policía arresta a Navalni antes de llegar a la manifestación