Despegar con un adhesivo
La firma Dr Sails, que nació en el IQS, extiende su pegamento de la náutica a otras industrias
Quedaban pocos días para la llegada a Barcelona. Cuando en una maniobra, la vela explotó y se partió en pedazos. A Pachi Rivero, regatista oceánico, en su vuelta al mundo a vela (Barcelona World Race), no le quedaba más remedio que usar un adhesivo especial que tenía a bordo desarrollado por un joven químico del Institut Químic de Sarrià, Jordi Arbusà, para intentar una reparación. Y funcionó. Rivero consiguió llegar a la meta. “Me salvó”, confesó el regatista.
Fue cuando, en el 2010, este joven químico entendió que tenía entre manos un producto potencialmente disruptivo. Lo que había empezado como un simple encargo pasó a ser un negocio. “Al principio era como si Messi me hubiese pedido unas botas y yo era un simple zapatero”, recuerda. Junto a Kiko Ripoll, un ingeniero de la UPC con la pasión por el mar, tras el éxito en regatas oceánicas, decidió montar su propia empresa: Dr Sails.
El mundo de la náutica aceptó en seguida el producto: un pegamento muy fuerte (aseguran que “te podrías colgar del techo”), de secado rápido, flexible y, sobre todo, resistente al agua y a la humedad. Ideal para el mar. Con los años, los exestudiantes de Sarrià han seguido investigando. Hoy ya se ha llegado a la octava versión del producto, cada vez más perfeccionado y, sobre todo, un 50% más barato.
Al bajar los precios de venta, han conseguido extender la gama de productos desde la alta competición al gran consumo. Resultado: ya venden en 45 países alrededor del mundo mediante su red de distribuidores.
A partir de ahí, Dr Sails ha conseguido colar sus adhesivos a otros sectores, como la industria militar. Desde reparar fisuras de amortiguadores, hasta pegar la suela de una bota, el Ministerio de Defensa le da al pegamento múltiples usos. Ahora la construcción también se ha fijado (literalmente) en esta tecnología y está a punto de adoptarla.
Dr Sails necesita impulsar su facturación, de unos 250.000 euros, y busca apoyos para ganar músculo financiero. Es lo que hizo la semana pasada en el IQS Tech Factory, un festival de start-ups industriales. La compañía está a punto de finalizar una ronda de financiación, en la que participarán la aceleradora de Fluidra, una sociedad de capital riesgo y una empresa del sector de adhesivos.
“Yo hace años sólo hablaba de moléculas, ahora estoy familiarizado con las finanzas”, bromea Jordi Arbusà. “En la universidad era un mal estudiante. Ahora, las circunstancias me han llevado a ser empresario”. Con 31 años, tiene mucha navegación todavía por delante. Eso sí: todavía hace regatas en su tiempo libre y siempre –cómo no– se lleva el pegamento de Dr Sails encima. Por si acaso.
La empresa ha patentado una cola que se pega incluso bajo el agua y busca nuevos inversores