La Vanguardia

Bruno Mars

El rapero Jay-Z, máximo aspirante, se quedó a cero, y el pop bailable pudo con el hip-hop

- ESTEBAN LINÉS Barcelona

CANTANTE

El pop bailable de Bruno Mars (32) se impuso en la gala de los Grammy y el cantante hawaiano ganó los seis premios a los que optaba, incluyendo los de mejor álbum (24K magic) y canción del año (That’s what I like).

Los premios Grammy recompensa­ron generosame­nte la música y el espíritu de Bruno Mars y y se mostraron radicalmen­te rácanos con las aspiracion­es del en teoría máximo candidato, Jay-Z. Dicho de otra manera, los galardones que concede anualmente la gran industria de la música encumbraro­n anteanoche el pop bailable del hawaiano Mars y obviaron los méritos del altivo y prepotente icono rapero y marido de Beyoncé.

De hecho, Bruno Mars aspiraba a seis categorías con su álbum 24K Magic y consiguió recompensa en cada una de ellas, incluidas tres de las más codiciadas (álbum, disco y canción del año, en este último caso That’s what I like). Su disco también mandó en la categoría de ryhthm and blues. Jay- Z, por su parte, aspiraba a ocho recompensa­s con su álbum

4:44. Quienes también se marcharon con el morral vacío fueron los iconos puertorriq­ueños Luis Fonsi y Daddy Yankee, que esperaban marcar un hito en los anales de los Grammy con un tema en castellano como mejor canción del año para su popular

Despacito.

Otro de los máximos favoritos, el espléndido hiphopero Kendrick Lamar, obtuvo cinco galardones de los siete a los que optaba, entre ellos los significat­ivos álbum de rap del año, gracias a su disco Damn, y mejor actuación cantada de rap por su tema Loyalty, que interpreta con Rihanna. En el apartado estrictame­nte de pop, Ed Sheeran no tuvo competidor gracias al álbum Divide yla canción Shape of you en la categoría de mejor actuación, en donde competía con cuatro mujeres (Kelly Clarkson, Pink, Lady Gaga y Kesha), que poco pudieron hacer ante el intenso pelirrojo.

Más allá del palmarés, la noche de la gran fiesta musical tuvo sus momentos sobre el escenario, con Lamar, Keshya, el propio Mars o Lorde como protagonis­tas. Cuando Mars –que actuará el próximo 20 de junio en el estadio Lluís Companys de Montjuïc– recogió el galardón por el citado álbum 24K Magic recordó con emoción cuando tenía 15 años y cantaba en su Hawai natal en shows para turistas. Con el paso de los años, ha acabado haciéndose acreedor de once premios Grammy y unas ventas multimillo­narias

Lamar –que el aficionado pudo degustar en el festival Primavera Sound de 2014– rindió homenaje a Jay-Z, finalizand­o su entregado breve parlamento con un “Jay Z for president!” y elogiándol­o como uno de sus maestros, junto a Nas y P. Diddy. Además también fue el encargado de abrir la re-

transmisió­n televisiva con una impactante y musculosa versión de XXX (uno de los temas del mencionado Damn) junto a Bono.

Este tono reivindica­tivo acabó siendo la otra grana caracterís­tica de la velada, como la que impregnó la actuación de la cantante Kesha, que ofreció una intensísim­a interpreta­ción de Praying junto a un coro de lujo compuesto por Camila Cabello, Cyndi Lauper, Julia Michaels y Andra Day. “Dijiste que estaba acabada pero te equivocaba­s y lo mejor está por llegar”, cantó la vocalista, que está sumida en una batalla legal por acoso contra su ex representa­nte y fue presentada por una conciencia­da Janelle Monae, quien a su vez recordó que “esto no sólo ocurre en Hollywood y Washington”.

Esa actitud de denuncia motivó que numerosos invitados –de Sting a Lady Gaga– acudieran a la ceremonia pertrechad­os de rosas blancas en referencia a las campañas #MeToo y Time’s Up.

El tono reivindica­tivo, político y de denuncia fue la otra caracterís­tica de la gran noche de los premios de la música

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AFP Bruno Mars, recogiendo uno de los galardones de la noche
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