Bruno Mars
El rapero Jay-Z, máximo aspirante, se quedó a cero, y el pop bailable pudo con el hip-hop
CANTANTE
El pop bailable de Bruno Mars (32) se impuso en la gala de los Grammy y el cantante hawaiano ganó los seis premios a los que optaba, incluyendo los de mejor álbum (24K magic) y canción del año (That’s what I like).
Los premios Grammy recompensaron generosamente la música y el espíritu de Bruno Mars y y se mostraron radicalmente rácanos con las aspiraciones del en teoría máximo candidato, Jay-Z. Dicho de otra manera, los galardones que concede anualmente la gran industria de la música encumbraron anteanoche el pop bailable del hawaiano Mars y obviaron los méritos del altivo y prepotente icono rapero y marido de Beyoncé.
De hecho, Bruno Mars aspiraba a seis categorías con su álbum 24K Magic y consiguió recompensa en cada una de ellas, incluidas tres de las más codiciadas (álbum, disco y canción del año, en este último caso That’s what I like). Su disco también mandó en la categoría de ryhthm and blues. Jay- Z, por su parte, aspiraba a ocho recompensas con su álbum
4:44. Quienes también se marcharon con el morral vacío fueron los iconos puertorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee, que esperaban marcar un hito en los anales de los Grammy con un tema en castellano como mejor canción del año para su popular
Despacito.
Otro de los máximos favoritos, el espléndido hiphopero Kendrick Lamar, obtuvo cinco galardones de los siete a los que optaba, entre ellos los significativos álbum de rap del año, gracias a su disco Damn, y mejor actuación cantada de rap por su tema Loyalty, que interpreta con Rihanna. En el apartado estrictamente de pop, Ed Sheeran no tuvo competidor gracias al álbum Divide yla canción Shape of you en la categoría de mejor actuación, en donde competía con cuatro mujeres (Kelly Clarkson, Pink, Lady Gaga y Kesha), que poco pudieron hacer ante el intenso pelirrojo.
Más allá del palmarés, la noche de la gran fiesta musical tuvo sus momentos sobre el escenario, con Lamar, Keshya, el propio Mars o Lorde como protagonistas. Cuando Mars –que actuará el próximo 20 de junio en el estadio Lluís Companys de Montjuïc– recogió el galardón por el citado álbum 24K Magic recordó con emoción cuando tenía 15 años y cantaba en su Hawai natal en shows para turistas. Con el paso de los años, ha acabado haciéndose acreedor de once premios Grammy y unas ventas multimillonarias
Lamar –que el aficionado pudo degustar en el festival Primavera Sound de 2014– rindió homenaje a Jay-Z, finalizando su entregado breve parlamento con un “Jay Z for president!” y elogiándolo como uno de sus maestros, junto a Nas y P. Diddy. Además también fue el encargado de abrir la re-
transmisión televisiva con una impactante y musculosa versión de XXX (uno de los temas del mencionado Damn) junto a Bono.
Este tono reivindicativo acabó siendo la otra grana característica de la velada, como la que impregnó la actuación de la cantante Kesha, que ofreció una intensísima interpretación de Praying junto a un coro de lujo compuesto por Camila Cabello, Cyndi Lauper, Julia Michaels y Andra Day. “Dijiste que estaba acabada pero te equivocabas y lo mejor está por llegar”, cantó la vocalista, que está sumida en una batalla legal por acoso contra su ex representante y fue presentada por una concienciada Janelle Monae, quien a su vez recordó que “esto no sólo ocurre en Hollywood y Washington”.
Esa actitud de denuncia motivó que numerosos invitados –de Sting a Lady Gaga– acudieran a la ceremonia pertrechados de rosas blancas en referencia a las campañas #MeToo y Time’s Up.
El tono reivindicativo, político y de denuncia fue la otra característica de la gran noche de los premios de la música